Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Lo mismo podríamos decir del nuevo Santa Fe en relación a la anterior generación del conocido SUV de Hyundai. Y es que la firma coreana ha apostado por romper con el pasado diseñando un vehículo con una línea muy valiente, predominando líneas rectas y limpias, un interior amplísimo dotado de los últimos elementos tecnológicos del momento y una gama de dos motorizaciones de gasolina híbridas, una de ellas enchufable, que garantizan unas brillantes prestaciones.
Hyundai ha querido romper con el pasado diseñando un SUV que no tiene nada que ver con su predecesor. Comenzando por el frontal en el que destaca su línea a nivel de capó muy elevada donde los faros en forma de H marcan claramente su imagen. Una línea de techo muy plana, volúmenes marcados en los guardabarros, voladizos delanteros más cortos y unos juegos de llantas atractivos –de 18 a 20» según el nivel de acabado– son elementos que contribuyen a incrementar su personalidad. Todo ello complementado por una zaga muy personalizada y original, con unas líneas muy verticales, un portón muy ancho y un juego de luces en forma de H que mantiene el estilo de la parte delantera.
Interior limpio
El interior del nuevo Santa Fe sigue las mismas directrices en cuanto a diseño que las del exterior del vehículo, con líneas muy limpias con predominio de elementos de diseño horizontales y verticales, manteniendo también en el panel de instrumentación superior y salidas de aire en forma de H para dar continuidad al estilo de este SUV. También es importante destacar la incorporación de una generosa pantalla panorámica curva de 12,3» que acoge el conjunto digital de instrumentación y el sistema de información y entretenimiento.
Toda la gama viene equipada con el sistema Bluelink y ofrece el sistema de actualización del software automático lo que permite siempre tener el vehículo con las últimas versiones disponibles. El nuevo Santa Fe está disponible en nuestro país con 4 acabados. El nivel de entrada es el Maxx, que incluye de serie entre otros elementos faros LED, portón trasero con abertura eléctrica, barras de techo, asientos delanteros y volante calefactados, espejo electrocromático, control crucero inteligente con función Stop&Go, levas de cambio en el volante, cargador de móviles inalámbrico y Smart key con botón de arranque.
Le sigue el Tecno, que añade asientos de cuero, luz ambiente, y en el caso de la versión HEV monitor de ángulo muerto, toma corriente con enchufe de 220v, cámara 360º y sistema de detección de ángulos muertos. El tercer nivel es el Style, que incluye asientos traseros calefactables, Head Up Display, aparcamiento inteligente remoto, cargador por inducción para dos teléfonos y en el caso del PHEV, cámara 360º, toma de corriente para enchufe convencional 220v y asientos delanteros ventilados.
Finalmente, el acabado Calligraphy es el tope de gama al añadir llantas específicas de 20», tirador tipo Adventure en el pilar C, asientos de cuero de Nappa, guantera con función esterilizadora por rayos ultravioleta y espejos retrovisor central digital.
Dos motores
Centrándonos en la oferta de motores, el nuevo Santa Fe destierra la posibilidad de un diésel y apuesta por la combinación de gasolina y electrificación. El primero de ellos es el 1.6 TGDi HEV. Se trata de una versión equipada con un motor térmico sobrealimentado que desarrolla 160 cv y que se complementa con un propulsor eléctrico de 47,7 kw y una batería de 1,49 kw. Su potencia conjunta alcanza los 215 cv.
La segunda opción es un híbrido enchufable PHEV que incorpora el mismo motor térmico turboalimentado 1.6 mencionado anteriormente combinado con otro propulsor eléctrico de 72 kW y una batería de 13,8 kWh. El resultado, un rendimiento total de 253 cv y una autonomía en modo 100 % eléctrico de 54 km. Su velocidad máxima en ambos, 180 km/h.
En los dos modelos, la caja de cambios es automática de 6 velocidades y adopta el sistema de tracción a las cuatro ruedas HTRAC que adapta su funcionamiento de forma automática según las condiciones de conducción y terreno sobre el que se mueve.