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Los sanfermines viven sus últimas horas pensando ya en los de 2011

El último encierro, con toros de "Jandilla", dejó una decena de heridos, cuatro de ello por asta

Carrera. El de ayer fue el encierro más peligroso y el que más heridos ha dejado - Reuters

| Pamplona |

Los Sanfermines vieron ayer sus últimas horas en una jornada con sabor a despedida y balance pero en la que el pensamiento de muchos está ya en el 6 de julio de 2011, cuando al mediodía estalle en el cielo el cohete anunciador de las fiestas.

Hasta ese momento, en la memoria quedan los nueve días de estos sanfermines de 2010 con menos visitantes, los últimos llegados de Francia para apurar el final, pero en los que no ha faltado la música y los bailes en las calles, los fuegos artificiales, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos que tuvo el honor de prender el chupinazo en el 150 aniversario de su creación o las emociones de sus ocho encierros.

El último con toros de "Jandilla", peligroso y el que más heridos dejó, una decena y cuatro de ellos por asta de toro."Gavioto" fue el morlaco que puso la tensión a la carrera al quedarse descolgado de sus hermanos y arremeter ya en el último tramo del encierro contra los vallados donde los corredores intentaban protegerse. Además de traumatismos y alguna fractura, el balance final del último encierro incluyó a un asturiano de 23 años con heridas por asta en el tórax y el muslo derecho; un madrileño de 19 con cornada en la axila derecha; un joven británico de 24 años alcanzado por el cuerno en la ingle; y un pamplonés de 27 años que sufrió un puntazo en un brazo.

Los de "Jandilla" confirmaron así la fama que les precede y que enlutó Pamplona el 10 de julio del pasado año, cuando "Capuchino" hirió de muerte también en la parte final del recorrido del encierro al madrileño Daniel Jimeno.Ayer, sin embargo, en la "octava" en honor de San Fermín, con la corporación en traje de gala y acompañada por maceros y timbaleros, los pamploneses dieron las gracias a su patrón porque el drama no se ha repetido al proteger cada mañana a los corredores con su capote en el encierro.

Este acto religioso, multitudinario, dio paso después a otro no menos emotivo, el último recorrido por las calles del Casco Viejo de la Comparsa que finalmente se despidió hasta el próximo año en la plaza del Ayuntamiento, a donde cientos de niños acudieron para decirles adiós a quienes todas las mañanas les han sorprendido con la majestuosidad de sus bailes.

La despedida coincidió con la presencia en la casa Consistorial del futbolista navarro Javi Martínez, a quien la alcaldesa le ofreció una recepción después de regresar de Sudáfrica como integrante de la selección campeona del mundo.

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