El PP consideró ayer que el Gobierno está instalado en un "triunfalismo inaceptable" ante la situación económica y criticó la actitud del jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, por convertirse en "el primer conformista de España, en vez de ser un presidente reformista".
Ante la gravedad de la crisis, "no es de recibo, seguir negando la realidad", reprochó en rueda de prensa el coordinador de Economía y Empleo del PP, Cristóbal Montoro.
Insistió en que el Gobierno está "agotado y su capacidad de iniciativa ha llegado al final", por lo que el PP piensa que hay que convocar elecciones y terminar ya con esta legislatura en la que el Ejecutivo ha colocado a España "a la cabeza del paro de Europa y de todo el mundo desarrollado".
Advirtió además de que algunas de las medidas tomadas por el Ejecutivo, como la reducción de las inversiones públicas, traerá "más paro" a una sociedad en la que "mucha gente" ya lo está pasando "peor" por los recortes sociales aprobados por el Gobierno.
Frente a todo ello, y con el objetivo de que la economía se recupere y vuelva a crear empleo, el PP confía en que ahora se puedan introducir en el Senado algunas de sus enmiendas a la reforma laboral, para lograr que sea una alternativa "eficaz".
Recordó que su partido ha presentado 71 enmiendas al texto en las que aborda la negociación colectiva, la formación del trabajador, la ampliación del contrato con 33 días de indemnización, así como la reducción de determinadas cotizaciones, "sin subsidiar el despido como hace el Gobierno", precisó.
La propuesta del principal partido de la oposición "mejora" la flexibilidad de la empresa y, aunque aborda la extinción de contratos, lo hace para dar mayor seguridad al trabajador y al empresario.
Por eso, subrayó que el Gobierno ya no podrá seguir diciendo que el PP no presenta alternativas y mostró su esperanza de llegar a acuerdos con el resto de grupos, incluido el socialista, para incorporar esas enmiendas que los "populares" están dispuestos a negociar.
No obstante, aprovechó para reprochar la actitud de quienes declaraban a los medios que la reforma laboral aprobada por el Gobierno era un "retroceso" e incluso pedían elecciones anticipadas y luego, en la votación en el Congreso de los Diputados, se abstuvieron (en clara alusión a CiU).
A juicio de Montoro, valía la pena que hubieran votado en contra ya que "España no necesita cualquier reforma laboral, no todo vale".
Y en otra crítica más explícita a los partidos catalanes reprochó al "tripartito" estar desviando la atención pública con temas como la prohibición de los toros, en lugar de hablar de economía, que es lo que "nos preocupa a todos".
Lo que se está haciendo en Cataluña, explicó Montoro, es "desviar la atención en relación con el asunto central" cuando en estos momentos hay que centrarse en toda España en la recuperación de la economía, el empleo, los jóvenes y el tejido industrial, añadió.
Como eso no se está haciendo, las encuestas arrojan un desgaste del partido socialista en Cataluña "por su gestión y por buscar señuelos" para que no se hable de las cosas "que importan a la sociedad", justificó.
Sin embargo, Montoro no hizo ninguna mención a la propuesta de su grupo en el Congreso en la que se insta al Gobierno a que ponga en marcha "los instrumentos de protección necesarios" para defender "el interés turístico y cultural" de la fiesta de los toros tanto en España como en el exterior.