El presidente estadounidense, Barack Obama, aseguró ayer que la guerra de Iraq "está terminando" y el país árabe es ya libre de "trazar su propio rumbo", cumpliendo así una de las promesas de su campaña electoral.Si bien Obama aseguró que militares estadounidenses permanecerán destacados en el país en calidad de asesores, el ciclo de combates toca ya a su fin. "En muchas partes del país, los iraquíes ya han asumido el liderazgo en la seguridad.
Nuestras tropas seguirán apoyando y entrenando a las fuerzas iraquíes (...) pero la conclusión es esta: la guerra está terminando"."Cuando era candidato al cargo, prometí que terminaría con esta guerra. Como presidente, es lo que estoy haciendo", aseguró Obama.
"Como cualquier nación soberana e independiente, Irak es libre de trazar su propio rumbo. Y a finales del año próximo, todas nuestras tropas estarán en casa", señaló Obama, quien se encuentra ahora de vacaciones en la isla de Martha's Vineyard (Massachusetts).
Con la salida de la última brigada de combate estadounidense de Irak, el Ejército estadounidense ha disminuido su número de efectivos por debajo de las 50.000 tropas en el país. En este sentido, el discurso semanal de ayer es un prolegómeno del discurso que el presidente Obama realizará el próximo martes en el que informará al pueblo estadounidense desde el Despacho Oval de la Casa Blanca sobre la retirada de tropas.
El presidente estadounidense dedicó unos minutos de su discurso semanal a felicitar a las tropas que han servido "durante los conflictos más prolongados de la historia del país", en relación a Iraq y Afganistán. "Durante la mayor parte de esta década, nuestras tropas y sus familias han servido con honor y heroísmo, arriesgando sus vidas para garantizar nuestra libertad y nuestra seguridad. Nuestro compromiso con todos los que han llevado el uniforme es una confianza tan antigua como esta república", indicó el presidente.
Por ello, Obama ratificó su promesa de proporcionar a los veteranos que así lo necesiten los cuidados médicos "propios del siglo XXI", con un énfasis especial en el tratamiento del Síndrome de Estrés Postraumático, habitual en los ex combatientes, "a través de grandes inversiones en ámbitos como el de la prevención del suicidio", junto con programas dedicados a la reinserción de soldados en el entorno laboral.