Miles de personas salieron ayer a las calles de numerosas ciudades francesas y de otros países de Europa para mostrar su indignación por las expulsiones de gitanos decretadas por el presidente Nicolas Sarkozy, a quien culpan de propagar la xenofobia con esas políticas.
París fue el epicentro de una jornada de movilización que se extendió por un centenar de ciudades francesas, a las que se sumaron concentraciones frente a embajadas y consulados de algunas capitales de la Unión Europea.
El llamamiento, emanado de un centenar de asociaciones y ONG humanitarias y al que se unieron partidos políticos de la izquierda gala y los principales sindicatos, contó con una respuesta importante.
En la capital francesa, numerosas personalidades del mundo del espectáculo, así como responsables políticos, desfilaron junto a los miles de personas que se concentraron en la plaza de la República, 50.000 según los organizadores, 12.000 según la policía.
Entre ellos figuraron el alcalde socialista de París, Bernard Delanoë, junto a destacados dirigentes de formaciones de la extrema izquierda francesa, al igual que la líder de los Verdes, Cicile Duflot. El cortejo parisiense estuvo abierto por un grupo de gitanos cuyo poblado situado en los arrabales de la capital fue destruido por las autoridades el mes pasado.
Tras una pancarta con el lema "No a la política inhumana de Sarkozy", los manifestantes mostraron su rechazo a la política del Gobierno.