La tensión que se vivió en los últimos días en el norte de Haití por las acusaciones a las tropas de la ONU de originar la epidemia de cólera, se trasladó ayer a la capital, Puerto Príncipe, donde la Policía dispersó con gases lacrimógenos una manifestación de protesta contra los cascos azules.
Varios cientos de personas se congregaron frente al Ministerio de Salud Pública para exigir la salida de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), a la que sectores de la población acusan de verter materia fecal a un río que atraviesa el departamento de Artibonite, donde estalló la epidemia.
Aunque la misión de la ONU ha negado reiteradamente estas acusaciones y ha asegurado que en todo momento ha manejado correctamente los vertidos fecales, las críticas se han mantenido y han propiciado incidentes que esta semana causaron tres muertos en la ciudad de Cabo Haitiano (norte) en enfrentamientos de manifestantes con las tropas.
La enfermedad, mientras tanto, prosigue su avance por el país, donde ha causado ya 1.110 muertos y la hospitalización de 18.000 personas, según cifras oficiales, y se han declarado ya dos casos fuera de Haití, uno en la República Dominicana y otro en Florida (EE.UU.).
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que puedan producirse hasta 200.000 enfermos en los próximos meses.
En una jornada de fiesta nacional, que conmemora el aniversario de la batalla de Vertières (1803), la última antes de la independencia de Haití, los manifestantes convocaron la protesta de ayer en Puerto Príncipe, también para exigir la salida de los cascos azules, presentes en el país desde el derrocamiento del presidente Jean Bertrand Aristide en 2004.
Tras recorrer varias calles del centro de la capital, se encaminaban hacia la base de la Minustah cuando la policía comenzó a lanzar gases a los manifestantes, que respondieron con piedras y botellas, mientras se les unían algunos habitantes de los campos proximos.
Los gases, según denunciaron varias personas, afectaron a algunos niños que quedaron inconscientes.
Por las inmediaciones se pudo observar a personas muy nerviosas y a familias que corrían, tratando de huir ante la inseguridad del momento.
Julien Gregory, quien se identificó como presidente del campo Petion, uno de los asentamientos de la plaza Champ de Mars, dijo a Efe que la Policía lanzó los gases sin control y causó daños en el interior de los campos.
Muchos jóvenes habitantes de los campamentos llamaron a la "revolución", mientras grupos de estudiantes gritaban "fuera cólera" y "esta gente ha hecho demasiado", en un mensaje destinado a la Minustah.
Tras ser dispersados, los manifestantes se concentraron en distintos puntos, como la facultad de Etnología, donde comenzaron a expresar su protesta.