La autopsia confirmó ayer la muerte violenta de María Esther Jiménez Villegas, de 13 años, desaparecida el pasado miércoles en Arriate (Málaga) y cuyo cadáver fue encontrado el jueves a 200 metros del pueblo, en la caseta contigua a una piscina, donde los investigadores han encontrado muchas huellas.
El subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, aseguró ayer a Efe que por los datos que tiene la Guardia Civil se espera avanzar en las pesquisas y poner al autor o autores a disposición judicial, aunque hasta el momento no hay ninguna detención, "ni se conoce posible sospechoso, ni el posible móvil".
La autopsia del cadáver confirmó la muerte violenta de la menor y la existencia de un traumatismo craneoencefálico. Fuentes judiciales informaron a Efe de que en la necropsia participaron tres forenses, que han realizado un trabajo meticuloso ante la necesidad de evitar la destrucción de pruebas en las peritaciones.
Por su parte, la familia de la menor reclamó ayer justicia y un endurecimiento de las penas para los asesinos y el padre, Juan Isidoro Jiménez, reconoció que no tiene "ninguna" sospecha.
La tía de María Esther, Patricia Villegas, fue más allá al demandar que la Justicia "cambie y pongan las leyes más duras". El abuelo relató que su nieta fue vista a las 21 horas del miércoles en una pizzería de la localidad y una hora más tarde la echaron en falta y empezaron a buscarla.
Los vecinos de Arriate, localidad de 3.500 habitantes cercana a Ronda, están consternados y su alcalde, Bernardino Gaona, explicó que la Guardia Civil investiga a familiares de la niña y vecinos de la localidad para "estrechar el cerco" y tratar de localizar al autor o autores del crimen.
Al instituto de Educación Secundaria Escultor Marín Higuero, donde cursaba estudios de Primero de ESO la menor, acudieron ayer menos de la mitad de los compañeros de clase de la joven y el centro ha puesto a disposición de los alumnos apoyo psicológico.