La aviación libia leal a Muamar el Gadafi volvió ayer a bombardear el enclave petrolero de Briga, en el este del país, donde el miércoles murieron en los combates 12 personas, seis de las cuales fueron enterradas ayer en la cercana Ajdabiya.
La situación en esta localidad, la última en poder de la oposición rebelde que controla el este del país y algunas localidades del oeste, era tensa, aunque la calma dominaba la ciudad.
A lo largo del día, la calma fue únicamente rota por dos bombas lanzadas a las 9.00 de la mañana, a un centenar de metros de un puesto de control de un complejo petrolero, como pudo constatar Efe.
En los distintos controles montados por los voluntarios que se han unido a las milicias revolucionarias las noticias eran contradictorias y algunos hablaban de una caravana de vehículos de fuerzas de Gadafi que pretendían retomar la ciudad.
Unos rumores que no llegaron a confirmarse, pero que mostraban el ánimo y la preocupación de parte de los voluntarios.
"Lo de ayer fue terrorífico: los combates, las bombas, los aviones pasando una y otra vez. Todavía tengo miedo, mucha gente lo tiene", aseguró a Efe Abdel Rahim Nayem, médico voluntario en el ambulatorio de Briga, hasta donde se han acercado jóvenes de Ajdabiya a 70 kilómetros, de Bengasi a unos 250, y hasta de Egipto, dispuestos a ayudar en lo que sea.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, aseguró ayer que el líder libio, Muamar el Gadafi, "está en el lado equivocado de la historia" y exigió su salida inmediata del poder. En una rueda de prensa conjunta con el presidente mexicano, Felipe Calderón, Obama no descartó la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Libia e insistió en que su Gobierno maneja "una amplia gama de opciones".