La mitad de los procesados en Londres por los disturbios ocurridos desde el sábado son menores de 18 años, según datos divulgados ayer por Scotland Yard.
El primer ministro británico, David Cameron, prometió ayer mano dura contra los culpables de los disturbios en el Reino Unido, al tiempo que recomendó no bajar la guardia, pese a que la pasada madrugada fue la primera en calma.
En una sesión extraordinaria del Parlamento, el jefe del Ejecutivo empleó su lenguaje más contundente al afirmar que el Gobierno hará "todo lo que sea necesario" para restablecer el orden en un país conmocionado por un vandalismo sin precedentes.
Este fin de semana se mantendrá la intensa presencia policial después de las escenas de violencia registradas desde el sábado en varias ciudades de Inglaterra, que se han saldado con unos 1.500 detenidos.
Entre ellos, dos niños de solo 11 años, estudiantes sin antecedentes, hijos de familias de clase media o una trabajadora social de 24 años, que se confesó culpable de no haber resistido la tentación de robar un televisor de un comercio saqueado.
Sin embargo, la mayoría son veinteañeros y adolescentes, muchos hijos de familias desestructuradas, según Cameron, que se han dejado contagiar por la violencia iniciada el sábado en el barrio de Tottenham, en Londres.
Tras cuatro noches de disturbios, ayer se vivió la primera jornada de calma en el Reino Unido gracias a una mayor presencia policial, con la colaboración de la intensa lluvia caída en algunas ciudades.
En Londres, donde 16.000 agentes vigilan las calles, Scotland Yard ha practicado hasta ahora 922 arrestos por actos violentos, desórdenes y saqueos, mientras 401 personas fueron procesadas.
En Nottingham, donde una pequeña de 11 años fue acusada de "cometer actos delictivos", hubo 105 arrestos; en West Midlands 330 y en Manchester, una de las ciudades más afectadas, 140.
Aunque el alcalde de Londres, Boris Johnson, elogió ayer la labor de los agentes ante la crisis, Cameron opinó que la reacción de la policía a los disturbios fue "demasiado lenta" y que se equivocaron al tratar los altercados como incidentes de orden público, en lugar de actos delictivos.