Palestina necesita ser aceptado como miembro con pleno derecho de la ONU para poder seguir adelante con las negociaciones de paz con los israelíes, dijo el presidente palestino, Mahmud Abás en Ramala, en un discurso en el que explicó a su pueblo su estrategia de pedir reconocimiento en la ONU.
"Lo tenemos todo: tenemos democracia, libertad, transparencia... Sólo tenemos una cuestión pendiente: necesitamos tener membresía plena en Naciones Unidas con las fronteras de 1967 para ir a las negociaciones a solucionar todos los asuntos permanentes (con los israelíes)", dijo el dirigente de la OLP (Organización para la Liberación Palestina).
Abás considera que su iniciativa "no pretende aislar a Israel o quitarle su estatus legal, pero sí quiere aislar las políticas israelíes", "acabar con la ocupación" y convertir la relación entre ambas partes en "una relación entre dos estados: uno ocupado y el otro ocupante".
"Necesitamos acabar con la ocupación porque sus prácticas son el dolor que sufrimos todos los días", dijo el dirigente palestino, que destacó el daño que hacen a su pueblo el crecimiento constante de los asentamientos, la destrucción de casas palestinas y las agresiones a su pueblo por parte de los colonos judíos, a los que acusó de "entrenar perros" para atacarles.
En un discurso lleno de referencias a los palestinos en el exilio, los prisioneros, las consecuencias de la ocupación y los principales asuntos de enfrentamiento con Israel (fronteras, seguridad, Jerusalén, refugiados y agua), Abás se ganó una ovación del público cuando afirmó tajante: "Vamos a ir al Consejo de Seguridad".
"Necesitamos un Estado. Tan simple como eso. Necesitamos un asiento en Naciones Unidas", afirmó ante una audiencia, formada por líderes políticos, sociales y religiosos palestinos y representantes diplomáticos de diversos países.
El presiente de la OLP explicó que entregará su solicitud en Nueva York el próximo día 23, tras su intervención ante la Asamblea General.
En su intervención, explicó, expondrá "la tortura" que sufren los palestinos, cuyos derechos "son violados todos los días".
"Han pasado cientos de resoluciones y recomendaciones (de la ONU) que no han servido para nada. Ahora vamos a demandar a la organización nuestro derecho legítimo a la membresía" para "poner fin a la tortura y poder disfrutar de nuestros derechos y nuestra libertad en las fronteras del 4 de junio de 1967, con Jerusalén Este como nuestra capital".
El sucesor de Arafat mostró su hartazgo con los nulos avances de un diálogo de paz que se ha extendido durante casi dos décadas sin aportar soluciones y aseguró que, la política colonial y la forma de ver la cuestión de Jerusalén de los actuales dirigentes israelíes, "nunca llevará al establecimiento de un Estado palestino en las fronteras de 1967".