Varios centenares de jornaleros del Sindicato Andaluz del Campo (SAT) llegaron ayer a Jaén en la primera de las marchas convocadas por toda Andalucía, que comenzó el jueves en Jódar (Jaén), y han asegurado que es solo "el inicio de una batalla".
Rodeados de miembros de la Policía Nacional, los jornaleros, a los que se les han ido uniendo simpatizantes, entre ellos el actor Willy Toledo, han realizado una sentada ante El Corte Inglés, con gritos como "manos arriba, esto es un atraco" y "nos vamos a buscar el beneficio".
La marcha ha finalizado después de las 14.00 horas ante la sede de la Subdelegación del Gobierno en Jaén, donde tras intervenir políticos locales de IU, que se han mostrado orgullosos por la movilización, ha tomado la palabra Willy Toledo. El actor ha criticado a los medios de comunicación por dar una visión "criminalizada e irreal" de las movilizaciones llevadas a cabo por el SAT, entre ellas el asalto a dos supermercados en Sevilla y en Cádiz
El diputado andaluz y alcalde de Marinaleda (Sevilla), José Manuel Sánchez Gordillo, ha asegurado que esta marcha "no es el final, sino el comienzo de una batalla", y que no van a parar porque la razón está de su parte.
Sánchez Gordillo, que cree que "el poder está nervioso" porque han puesto "el dedo en la llaga", ha asegurado que con esta movilización lo que han querido es "descubrir la cara oculta de la luna", que la burguesía "quiere tapar con un dedo". También ha insistido en que no es la hora de más recortes "porque se hacen sobre las espaldas de los trabajadores" y ha llamado "a la insumisión" contra los mismos.
Por su parte, el portavoz del SAT, Diego Cañamero, ha criticado que "por cuatro kilos de lentejas ahora les pidan a varios jornaleros entre dos y cinco años de cárcel", en referencia al robo de carros de la compra en los supermercados.
La marcha que comenzó el jueves en Jódar, localidad jiennense que tradicionalmente ha encabezado las listas del paro, ha pasado por las localidades jienenses de Bedmar, Jimena, Mancha Real y Pegalajar, hasta llegar a la capital. La siguiente marcha recorrerá la próxima semana los más de 50 kilómetros que separan Córdoba y Hornachuelos, continuará entre el 27 y 28 de agosto en Cádiz, entre El Puerto de Santa María y la capital gaditana, y el 30 y 31 de agosto pasará por Granada.
Los dirigentes del SAT están cerrando otras movilizaciones en provincias como Huelva o Sevilla, mientras que la de Málaga ya ha sido denegada.
Inquisición
El diputado andaluz y alcalde de Marinaleda (Sevilla), José Manuel Ssánchez Gordillo, ha dicho que la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, "ha resucitado a la santísima Inquisición" al considerar que ha calumniado a los jornaleros del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT).
Sánchez Gordillo ha señalado en su intervención tras la finalización de la marcha de jornaleros en Jaén que "este Gobierno ha puesto a una marquesa, la marquesa de Salvatierra, la señora Becerril", en un cargo político, y ha preguntado: "¿Ustedes han escuchado alguna vez que la nobleza defienda al pueblo?". Asimismo, ha acusado a la Defensora del Pueblo de situarnos "en la Edad Media" y resucitar a la Inquisición "levantando calumnias propias del fascismo a hombres y mujeres que lo que hemos dicho es que creemos en la utopía, que no creemos en el capitalismo, que estamos por abolir la propiedad privada de los medios de producción".
El diputado andaluz de IU, que ha criticado que Soledad Becerril haya acusado al SAT de cobarde, ha insistido en que "ella es la cobarde porque no es capaz de meter mano, y ha desmantelado todo el tinglado que tenía agarrados a los delincuentes del caso Gurtel".
Becerril dijo el miércoles que la Fiscalía debe tener en cuenta que los asaltos a los supermercados andaluces en los que está implicado Sánchez Gordillo son un "robo con violencia fundamentalmente hacia mujeres", en alusión a la agresión sufrida por cajeras de esos establecimientos.
Sánchez Gordillo también se ha referido a los ministros del Interior y de Justicia, de los que ha dicho que acaban de "resucitar a Franco", al perseguir a jornaleros, enviando a la Guardia Civil a sus casas y "poniéndoles las esposas delante de sus chiquillos".