El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha confirmado que comprará deuda soberana de los países en crisis de la eurozona con el objetivo de garantizar la "irreversibilidad" del euro. La intervención estará sujeta a "estrictas condiciones", supervisadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y deberá ir precedida por una petición de ayuda al fondo de rescate de la UE por parte de los Gobiernos beneficiarios.
El programa "no tendrá límites previos" y contará con la "talla adecuada para lograr sus objetivos". Se concentrará en la compra de bonos con vencimientos entre uno y tres años, lo que permitirá ayudar a los Gobiernos mientras surten efecto los ajustes y reformas estructurales emprendidos.
No obstante, Draghi ha explicado que el BCE no se fijará como objetivo de sus intervenciones ningún tope para la prima de riesgo o el tipo de interés de la deuda de los países intervenidos, en contra de lo que se había especulado, sino que actuará de forma discrecional.
El BCE renunciará a su condición de acreedor preferente y aceptará "el mismo tratamiento que los acreedores privados" en caso de reestructuración de la nueva deuda adquirida. La liquidez inyectada en el sistema con estas compras se retirará "plenamente" mediante otras operaciones, ha explicado Draghi.
La cantidad de deuda adquirida se publicará cada semana de forma agregada, pero el BCE también ofrecerá información país por país una vez al mes.
El banquero italiano ha indicado que este programa, denominado OMT, permitirá a la entidad tratar las "distorsiones severas" en los mercados de bonos, así como garantizar la "irreversibilidad del euro" y evitar "escenarios catastróficos".
"Nos adherimos estrictamente a nuestro mandato", ha defendido Draghi. No obstante, ha admitido que la decisión de activar del programa "no ha sido unánime" por parte del consejo de gobierno del BCE sino que ha habido "una opinión discrepante". Se refería sin citarlo al presidente del Bundesbank, Jens Weidemann, que ha hecho pública su oposición.
Draghi ha insistido en que no puede hablarse de "rescate blando" porque la compra de bonos estará sujeta a "estrictas condiciones". El país beneficiario deberá pedir la activación del fondo de rescate de la UE y firmar un memorándum de entendimiento, cuyo cumplimiento será supervisado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).