El presidente de Egipto, Mohamed Mursi, ha asegurado que la nueva Constitución defiende la libertad de expresión, a pesar de las críticas de la oposición por el supuesto autoritarismo implícito en la nueva Carta Magna y la inclusión de la 'sharía' como fuente del derecho, y ha precisado que las críticas son normales en una sociedad democrática.
Mursi firmó ayer el decreto que pone en vigor la nueva Constitución tras la celebración del referéndum -que ha tenido lugar en dos votaciones, el 15 y el 22 de diciembre- en el que el 63,8 por ciento de los egipcios han respaldado la nueva Carta Magna.
En un mensaje televisado, recogido por la televisión Al Arabiya, Mursi ha destacado que el plebiscito fue "totalmente transparente" ya que la Constitución fue aprobada por "la libre voluntad del pueblo" y contó con la supervisión del poder judicial, aunque el Club de Jueces, una de las principales oposiciones críticas con el presidente, no participó en las tareas de observación.
El mandatario islamista ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas políticas para que mantengan un "diálogo nacional" y ha destacado que las críticas vertidas por algunas facciones de la oposición contra la Carta Magna --que tras la salida de los grupos liberales y de otras religiones fue redactada por islamistas y salafistas-- son normales.
"La Constitución garantiza la libertad de expresión, de creatividad y defiende valores que respeten actitudes moderadas", ha asegurado el presidente egipcio. "La Carta Magna creará el camino para construir un sistema democrático en Egipto", ha subrayado el mandatario, que ha destacado que la nueva ley coloca al presidente "al servicio del pueblo" y "con los poderes limitados".
Mursi ha pedido que los diferentes poderes políticos y la sociedad egipcia mantengan la estabilidad de Egipto para poder trabajar de forma conjunta y avanzar en una serie de reformas. El mandatario ha destacado que empleará "todos los esfuerzos" con el fin de aprobar una serie de medidas para atraer inversores e impulsar la economía.