Devastadoras, las masas de agua de los crecidos ríos centroeuropeos, que han causado al menos catorce muertes, continuaron ayer dejando estragos en Alemania, Austria, la República Checa y Eslovaquia.
Muertos, numerosos heridos, miles de viviendas destruidas, comunidades aisladas, con cortes de electricidad y de agua potable, va dejando a su paso esta ola de riadas, que amenaza con quitarle a las de 2012 el título de "inundaciones del siglo".
Mientras que en las regiones más afectadas de Alemania, la República Checa y el oeste de Austria se han iniciado, tras comenzar a bajar los niveles de los ríos, las tareas de limpieza de escombros y reconstrucción, la devastadora crecida de las vías fluviales, como el Danubio o el Elba, se dirige hacia el norte de Alemania, el este de Austria, Eslovaquia y Hungría.
La canciller alemana, Angela Merkel, recorrió ayer las regiones del sur y este del país, donde murieron al menos cuatro personas, y prometió 100 millones de euros en ayudas a los damnificados.
"Cuando el agua baje, los daños seguirán y habrá que repararlos", dijo Merkel durante una visita a Passau (sur de Alemania), una de las ciudades más afectadas, en la que el Danubio alcanzó el lunes los 12,98 metros, la mayor crecida en los últimos quinientos años.
En Sajonia-Anhalt y Baja Sajonia se teme el rápido aumento del caudal del Elba. En Magdeburgo, capital de Sajonia-Anhalt, se ha pronosticado que el río alcanzará un altura de 6,9 metros, cuando lo normal es que no llegue a los 2 metros.
En la República Checa, donde el número de víctimas mortales de esta catástrofe se eleva a siete, el río Moldava alcanzó su caudal máximo a su paso por Praga, con 3.210 metros cúbicos de agua por segundo, informaron las autoridades locales que calificaron la situación como "seria".
Lo normal para este río son 150 metros cúbicos de agua por segundo, recordó el portal de noticias "Ceske Noviny".
Desde el domingo, todo el país, menos en una región, se encuentra en estado de emergencia.
En Austria, la ola de máximo nivel del Danubio se desplazó hoy hacia el este del país, que incluye a Viena, y donde los equipos de protección fluvial se desplegaron a lo largo del río y más de 450 personas tuvieron que abandonar sus casas.