El presidente de EE.UU., Barack Obama, inició ayer un viaje a Suecia y a la cumbre del G20 en Rusia en medio de su ofensiva para lograr el apoyo de aliados internacionales y del Congreso a su decisión de lanzar un ataque "limitado" contra Siria en represalia por el supuesto uso de armas químicas.
Obama partió anoche hacia Suecia, donde realizará una visita oficial hoy y mañana antes de viajar a Rusia para asistir a la cumbre del G20 en San Petersburgo.
"Seremos mucho más efectivos y mucho más fuertes si tomamos una acción juntos como nación", destacó ayer Obama al pedir al Congreso que emita un voto "rápido" y mostrarse confiado en que logrará la autorización que ha solicitado a los legisladores para atacar Siria.
El mandatario recibió en la Casa Blanca a los principales líderes del Congreso y consiguió algunos apoyos importantes, como el del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner.
La acción militar en Siria "es algo que Estados Unidos, como país, necesita hacer", dijo Boehner a los periodistas, mientras que la líder de la minoría demócrata en la cámara baja, Nancy Pelosi, aseguró que existen pruebas claras de que el régimen sirio perpetró el ataque con armas químicas contra civiles del pasado 21 de agosto.
No obstante, el influyente senador republicano John McCain, a cuya ayuda ha recurrido Obama para obtener el respaldo del Congreso, comentó ayer que tiene dudas de apoyar una intervención en Siria.