Jang Song-thaek, tío del líder norcoreano y número dos del régimen, fue ejecutado el jueves tras ser condenado a muerte por un tribunal militar, según informó ayer la agencia estatal del régimen comunista, KCNA.
Corea del Norte confirmó el pasado lunes la destitución de Jang bajo graves acusaciones como «consumir drogas y malgastar divisas en los casinos», en lo que supuso el mayor cambio político en los dos años de mandato de Kim Jong-un.
La agencia estatal confirmó que Jang Song-thaek fue ejecutado este jueves poco después de que le condenara un tribunal militar especial.
«El acusado Jang concentró un poder inapropiado y formó una facción como jefe de lo que ha sido un grupo opositor durante mucho tiempo», señala la KCNA en un despacho titulado «El traidor Jang Song-thaek, ejecutado».
La nota asegura además que el que fuera vicepresidente de la poderosa Comisión Nacional de Defensa intentó derrocar al Estado.
«El tribunal examinó los crímenes de Jang. Se probó durante las vistas que todos fueron cometidos por el acusado, que reconoció su culpabilidad», relató la KCNA.
A primera hora de la mañana de ayer la fotografía de Jang esposado y custodiado por dos soldados, aparentemente camino del patíbulo, aparecía a todo color en el periódico Rodong del partido único, que dedicó la portada y varias páginas completas a la noticia sobre su ejecución.
Según la agencia estatal, el tío del líder «cometió un complot para derrocar al Estado con intrigas y métodos sucios», con el fin de «derrocar a la dirección del partido y el Estado» y «usurpar el máximo poder» en el régimen comunista.
Jang, calificado en el despacho de la KCNA como «fraccionalista, antipartidista y contrarrevolucionario, ambicioso político y conspirador», fue acusado incluso de obstaculizar la subida al poder de Kim Jong-un tras fallecer su padre, Kim Jong-il, en diciembre de 2011.
En este sentido, sin embargo, expertos en asuntos de Corea del Norte siempre han considerado al político ejecutado como una figura clave en el proceso de consolidación en el poder del joven Kim Jong-un, de unos 30 años de edad.
La condena a muerte de Jang Song-thaek es la primera de un alto cargo hecha oficial en décadas, y no es habitual que el régimen norcoreano, siempre rodeado de un elevado secretismo, divulgue en sus medios estatales noticias sobre las ejecuciones que se producen en el país.