El Gobierno y las víctimas del terrorismo han restado este sábado importancia al anuncio de que ETA se desarmará antes de un mes y han subrayado que hay que mantener la firmeza contra una banda cuya única salida es la desaparición «sin contrapartidas» y centrarse en el recuerdo y el relato de las víctimas.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha reiterado este sábado en Vitoria su llamada a ETA para que se disuelva y, con la frase «no habrá nada a cambio de nada porque nada puede haber», le ha advertido de que no habrá contrapartida alguna por parte del Ejecutivo al desarme que ha anunciado.
Este sábado se han sucedido las reacciones al anuncio de que ETA prevé estar desarmada antes de un mes, concretamente antes del 8 de abril, y el Gobierno ha incidido, como ya hizo este viernes el presidente Mariano Rajoy, en que lo que la banda tiene que hacer es disolverse.
Un día después del anuncio, la localidad francesa de Biarritz ha acogido una mesa redonda sobre el desarme en la que el activista Michel Berhocohirigoin, uno de los intermediarios implicados en el proceso, ha confirmado que culminará la entrega de armas el 8 de abril, aunque ha emplazado al Gobierno francés a que acceda a negociar las «condiciones técnicas».
«El próximo 9 de abril ETA ya no será una organización armada», ha proclamado Berhocohirigoin, expresidente de la Cámara Agraria del País Vasco francés, en una charla en la que no ha dado detalles del proceso, pero ha asegurado que será «masivo, plural y compartido».
En una jornada en la que se ha sabido que el lehendakari, Iñigo Urkullu, se entrevistó el pasado martes con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para adelantarle la intención de ETA y pedirle que facilitara el proceso, la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, ha afirmado que a ETA la han «derrotado» la democracia, los cuerpos de seguridad, la aplicación de la ley y la «fortaleza» de las víctimas. Ha sostenido que debe ser «el relato de la democracia», de las víctimas y de la «gente de bien», el que marque los próximos años.
En la misma línea, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha reiterado que lo único que le queda a la banda es disolverse totalmente y desarmarse, pero sobre todo, «que se arrepientan, pidan perdón y que paguen las deudas con las víctimas».
Zoido ha puesto en valor que la política antiterrorista no ha cambiado en los últimos años, por lo que no tienen que hacer «ninguna valoración del gesto que acaba de hacer la banda», y ha subrayado que el desarme es el que están consiguiendo los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
Ha recordado, al presidir la colocación de la primera piedra de la futura comisaría de Policía de Vélez-Málaga (Málaga), a los agentes asesinados por ETA y ha asegurado que el Ejecutivo tendrá siempre en el norte de la lucha antiterrorista el respeto hacia las víctimas, porque «no se puede olvidar jamás que hay víctimas y verdugos».
Para el vicesecretario de Política Social del PP y exalcalde de Vitoria, Javier Maroto, de lo único que hay que hablar en relación con ETA es del «desarme moral» de la banda y de todo su entorno, y ha criticado que «algunos» intenten hacer del desarme de ETA una noticia «de la que sacar pecho».
Sin embargo, el expresidente del Partido Socialista de Euskadi (PSE) y negociador del gobierno español con ETA, Jesús Eguiguren, ha aplaudido la posibilidad del desarme, que ha considerado un «elemento fundamental».
Por su parte, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha pedido al Gobierno «sentido común y altura de Estado», y ha subrayado que la excepcionalidad en lo que se refiere a la política penitenciaria ha dejado de tener sentido.
Desde el ámbito de las víctimas, la asociación Dignidad y Justicia considera que el anuncio del desarme de ETA es «una absoluta farsa generada en el contexto de una inminente aprobación de los presupuestos generales donde el PNV tiene mucho que decir» y «exige al Gobierno (central) un acercamiento de presos».
Ha aseverado que «ni el gobierno francés ni el español deben caer en la trampa, que lo único que pretende es mejorar la situación de los presos» de ETA.
Por su parte Laia Lluch, la hija del exministro socialista Ernest Lluch asesinado por ETA, ha pedido hoy «mirar adelante» tras el posible anuncio de desarme y se ha alegrado de «saber que no habrá más muertos».
Los principales sindicatos policiales han restado hoy importancia al anuncio de que ETA y han coincidido en que se trata de un acto de propaganda en un momento en el que la banda está prácticamente desmantelada.