El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, han encabezado este lunes una concentración con cientos de personas en la plaza Sant Jaume de Barcelona en protesta por las cargas policiales de este domingo para impedir el referéndum sobre la independencia de Cataluña.
En el centro de la plaza se han situado Puigdemont y Colau, junto a otros miembros del Govern y del Ayuntamiento de Barcelona, como Oriol Junqueras, Jordi Turull o Gerardo Pisarello.
Los concentrados han recibido a las autoridades con aplausos y gritos de «Hemos votado», «Independencia», «No tenemos miedo» o «Somos gente pacífica, sólo queríamos votar».
El Departamento de Salud de la Generalitat ha elevado a 893 el número de personas que resultaron heridas o contusionadas como consecuencia de la intervención de las fuerzas de seguridad para impedir el referéndum, de las que cuatro permanecen hospitalizadas, dos de ellas graves.
La policía es una herramienta multiuso. Normalmente se ocupa de proteger al ciudadano frente a los malhechores, y/o a colaborar leal y proactivamente con él para resolver sus problemas. Esta policía (Nacional, Urbana, Guardia Civil, etc.) merece mi mas absoluto respeto. Sucede sin embargo que a veces, a esa misma policía, se le obliga a ponerse un casco, unas botas un escudo y coger una porra, para conseguir un objetivo “por la razón o la fuerza” (solo los chilenos tienen el valor de decirlo tan descaradamente). “Domini Canem”. Ese es el origen del nombre de la orden religiosa de los Dominicos: “Los perros de Dios”. Análogamente la policía, obedeciendo ordenes de un “ser superior”, puede terminar sumida en una borrachera de testosterona, que nada tiene que ver con la verdadera esencia de su vocación. Quienes dan la orden, y quienes están deseosos de aprovechar la oportunidad de ejercer “legalmente” la violencia son los únicos responsables. Actuaciones como la de Barcelona: ¡Nunca mas!