La actriz Rosa María Sardà devolvió a la Generalitat de Cataluña la Cruz de Sant Jordi por considerar que, «dadas las circunstancias», no era merecedora de una de las máximas condecoraciones que concede cada año el Gobierno catalán.
Sardà la entregó personalmente a un funcionario en el Palacio de la Generalitat el pasado 24 de julio, desvela este domingo la cineasta Isabel Coixet en un artículo en El País.
Junto con la condecoración, le dio una nota de su puño y letra que decía que «dadas las circunstancias», no se consideraba merecedora de la «Creu de Sant Jordi».
Además, relata Coixet, la actriz apuntaba que, como la condecoración traía consigo que en el momento del fallecimiento la Generalitat ofrecía una esquela en los periódicos, que «por favor tuvieran a bien ahorrársela».
El Gobierno de la Generalitat concede anualmente desde 1981 la Cruz de San Jordi a personas y entidades sociales destacadas por los servicios prestados en Cataluña en la defensa de su identidad, especialmente en el plano cívico y cultural. Rosa María Sardà la tenía en su poder desde el año 1994.