El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya ha aterrizado plenamente en La Moncloa, y una muestra de ello es que ha sido fotografiado ejercitándose de buena mañana, acariciando a su perro en la escalinata de acceso, o repasando unos informes y escuchando a sus colaboradores más próximos antes de un duro día de trabajo.
Deportista, amante de los animales, conciliador y dialogante; esta es la visión que su equipo de comunicación nos traslada del propio presidente a través de unas fotografías compartidas por el perfil oficial del Gobierno de España en Twitter, y que lo muestran por primera vez en un ambiente más cotidiano y no estrictamente oficial, como las recepciones a mandatarios extranjeros o las promesas del cargo por parte de ministros que habíamos visto hasta el momento.
Se trata de imágenes significativas de las que se pueden extraer varios comentarios. El primero es que un buen día, para el presidente Pedro Sánchez, empieza con una carrera por los jardines de su residencia oficial. Una carrera suave, pues no se le ve muy exigido ni sudado. Un trote ligero tal vez, algo en todo caso más ?movidito? que los andares rápidos que hizo célebres su predecesor allá por donde iba.
Llama la atención también la camiseta escogida para la ocasión: una conmemorativa del 25 aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, cuando se entonó aquel Amics per sempre en la presentación de la última gran cita deportiva organizada por España. Todo un símbolo de la relación entre Cataluña y el resto del país cuando los tiempos eran más pacíficos y menos convulsos que los actuales.
En la imagen ?de trabajo? Sánchez aparece revisando unos folios con sus personas de confianza, y las más cercanas a él son la vicepresidenta Carmen Calvo y la vicesecretaria general del partido Adriana Lastra, un tándem que refuerza la idea de que el actual ejecutivo es el más feminista de todos cuantos hemos tenido.
Finalmente se le puede ver escuchando un comentario de Calvo, algo también significativo en tiempos en los que parece más necesario escuchar que hablar.
A buen seguro que en estos gestos ha tenido mucho que ver su jefe de gabinete y para muchos cerebro de la operativa de la moción de censura que lo llevó a presidir el Gobierno, Iván Redondo.