Los trabajos para la exhumación de Francisco Franco de la Basílica del Valle de los Caídos han concluido, según han informado fuentes del Gobierno.
El féretro, según las mismas fuentes, ya ha sido extraído de la fosa y pasadas las 12,30 horas el prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, está oficiando un breve responso.
Los restos del dictador serán después trasladados al cementerio de El Pardo-Mingorrubio.
Los trabajos para exhumar los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos han comenzado, ha informado el Gobierno pasadas las 11.00 horas de esta mañana.
Con la ayuda de un gato hidráulico para levantar la losa y unos rodillos para desplazarla, los operarios han retirado la lápida de granito que cubre la tumba de Franco, que pesa 1.500 kilos, y que una grúa se llevará posteriormente del Valle de los Caídos a un lugar que el Gobierno ha rehusado precisar, pero donde no nadie podrá visitarla porque en ningún caso se expondrá al público.
Enterrado en Mingorrubio en su féretro original
El dictador Francisco Franco será enterrado en Mingorrubio en su féretro original por decisión de la familia y a pesar de los daños que presenta, según ha informado el Gobierno pasadas las 12.15 horas.
Tomada la decisión, los operarios encargados de la exhumación estaban procediendo a asegurar el ataúd para la extracción de la fosa en la que ha permanecido desde 1975. La caja de madera original en la que fue enterrado Franco en el Valle de los Caídos está decorada con un gran crucifijo sobre su tapa.
Los operarios de la empresa contratada por el Gobierno han retirado «sin incidencias» la lápida que cubre la tumba actual del dictador en la Basílica del Valle de los Caídos, según informó el Ejecutivo a las 11.51 horas. Se han ayudado de un gato hidráulico para levantar la pesada losa de granito, de 1.500 kilos, y de unos rodillos para desplazarla.
El cuerpo de Franco se conserva dentro de una caja de zinc sellada, introducida a su vez en un ataúd de madera que podría estar deteriorado por el paso del tiempo. El Gobierno había previsto otra caja de madera para, en caso necesario, pasar el féretro al nuevo ataúd antes de trasladarlo a Mingorrubio.
Si la caja de zinc se conserva en buen estado, lo que era probable, la decisión era que no se abriera para comprobar que efectivamente es el cuerpo de Franco el que se conserva en su interior. El Gobierno no lo considera necesario ya que cuando se enterró al dictador, el entonces notario mayor del Reino, el ministro de Justicia José María Sánchez-Ventura, certificó que el cadáver introducido en el ataúd era el de Franco.
Sólo si la caja de zinc estuviera deteriorada sería necesario tocar los restos directamente para trasladarlos al nuevo féretro. Un médico forense cuya identidad el Gobierno no ha facilitado por su seguridad se encargará de supervisar todo el procedimiento.