Los reyes y sus hijas han finalizado este martes su estancia de tres días en Barcelona, donde han participado en los actos organizados con motivo de la entrega de los premios Princesa de Girona y donde Felipe VI, en medio de protestas de los independentistas, ha dejado una llamada a la convivencia.
Ha sido la primera visita del rey tras conocerse la sentencia del «procès» y también la primera ocasión en la que la princesa Leonor ha asistido a un acto oficial en Cataluña.
Si el lunes los miembros de la familia real presidieron la entrega de los premios de la Fundación Princesa de Girona, este martes han participado en diversas actividades organizadas también por esta institución en el Palacio de Congresos de Cataluña.
El rey ha acudido a la inauguración de esta jornada y después se han sumado la reina y sus hijas para asistir a varias conferencias y talleres.
Han coincidido en uno sobre medio ambiente y allí, junto a varios jóvenes, han competido entre ellos por plantear la mejor idea en materia de sostenibilidad.
De uno de los equipos han formado parte el rey y la princesa y de otro la reina y la infanta Sofía, y al término del tiempo concedido, han tenido que explicar sus propuestas.
Una de las jóvenes del grupo del rey ha expuesto que su idea era un aula en el que, para concienciar de la importancia del medio ambiente, los asientos fueran bicicletas que, con el pedaleo, generaran electricidad.
A la hora de elegir el eslogan de esta idea, el rey ha animado a la princesa a que fuera quien lo hiciera público, pero doña Leonor ha acogido la propuesta con timidez y ha sido él quien la ha bautizado: «Pedalea por la sostenibilidad».
El turno siguiente ha sido para el equipo de la reina, quien tomó la palabra para presentar a los integrantes del grupo y explicar que su idea tenía como objetivo reducir el uso de plásticos.
Para ello ha dicho que han copiado a la industria tabaquera con sus imágenes que vinculan el hábito de fumar con enfermedades.
Ha sido Marta, una de las integrantes de su equipo, la que ha concretado un ejemplo de su propuesta: incluir en una malla de mandarinas de un supermercado la imagen de un cormorán muerto en la que se evidencie que ha sido a causa de los plásticos que ha ingerido. «¿Compraríais esta malla de mandarinas?», ha preguntado en alto y, ante el silencio de muchos de los presentes y algunos noes, la reina ha apostillado: «Ahí lo dejamos».
Tras participar en este acto, los reyes y sus hijas han mantenido una reunión con otros promotores de la jornada y a continuación han abandonado el Palacio de Congresos de Cataluña en dirección al aeropuerto para emprender viaje de regreso a Madrid.
No ha habido protestas ni incidentes a la salida de los reyes, frente a lo ocurrido el lunes mientras se entregaban los premios Princesa de Girona.
Varios miles de independentistas se concentraron para protestar contra la presencia del jefe del Estado en Cataluña, quemaron fotos del rey y hubo problemas de algunos invitados al evento para acceder al Palacio de Congresos.
Unas dificultades que el conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, ha atribuido a su «falta de voluntad» para utilizar los autobuses de la organización, al tiempo que ha resaltado que los Mossos garantizaron «a la perfección» la seguridad y los derechos de todos.
Los miembros de la familia real llegaron a Barcelona en la tarde del domingo y durante su estancia han permanecido todo el tiempo en las dependencias del hotel y en las del Palacio de Congresos.
Tanto la ceremonia en la que la princesa entregó los premios como las actividades de la jornada posterior se han desarrollado con total normalidad.
Uno de los cinco premiados, el matemático barcelonés Xavier Ros-Oton, subió al escenario a recoger su galardón con un lazo amarillo en su solapa en solidaridad con los dirigentes independentistas en prisión.
Pero se lo quitó en la cena posterior con los reyes y tampoco lo ha llevado en los actos en los que ha participado este martes.
Mientras que en la entrega de premios se escuchó por vez primera a la princesa hablar en catalán, en este mismo idioma el rey lanzó su llamada a una Cataluña plural en la que no tengan cabida ni la violencia, ni la intolerancia, ni el desprecio a los derechos y libertades de los demás.
Una llamada a la convivencia en la que también reivindicó el mero hecho de su presencia en Cataluña: «Hay ocasiones -dijo- en las que las presencias adquieren un significado más trascendente que las palabras».