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Willy Toledo defiende en el juicio que sus palabras no son delito

| Madrid |

El actor Guillermo Toledo, conocido popularmente como Willy Toledo, ha defendido este lunes en el juicio por sus mensajes en Facebook, en los que insultaba a Dios y a la Virgen María, que sus palabras son «blasfemia» y no constituyen delito, mientras que la acusación ha destacado que se trata de un ataque a la libertad religiosa.

El abogado defensor, Endika Zulieta, ha señalado que las palabras de Willy Toledo corresponden a las «antiguas blasfemias». «Eso pertenece a la España oscura. A mí me suena muy mal, pero eso no es delito», ha dicho.

Zulueta ha destacado además que conoce a Willy Toledo desde muchos años, en los que incluso han coincidido «en misa». El actor ha estado acompañado de tres familiares, entre ellos su madre, así como del artista Abel Azcona. Por su parte, Toledo ha asegurado durante el juicio que «no tenía intención ni deseo de ofender ni a los católicos ni a los musulmanes, ni a los seguidores de la secta del mounstruo del espagueti volador».

Por su parte, la abogada Polonia Castellanos, de Abogados Cristianos, asociación que ha ejercido la acusación, ha destacado que «el insulto no es necesario» para ejercer la «libertad de expresión». «La libertad de expresión se puede ejercer sin pisotear los derechos de los demás», ha resaltado.

Al mismo tiempo, ha resaltado la importancia de este juicio para que «las vejaciones terminen». Durante el juicio, el presidente de la Asociación Musulmanes por la Paz, Raúl González, ha reconocido en calidad de testigo que no había leído los textos por los que se acusa a Willy Toledo.

«El mundo entero no me ha impedido profesar mis ideas», ha agregado, una afirmación que la defensa ha reivindicado para afirmar que las palabras del acusado no son obstáculo para la libertad religiosa.

Previamente, a su llegada a los juzgados, Toledo ha asegurado que va a «seguir diciendo» todo lo que le «salga de las orejas». «Soy ateo y me cago en Dios todos los días cada vez que se me cae un plato en un dedo gordo del pie, como hacemos la mayoría de ciudadanos. Voy a seguir diciendo todo aquello que me salga de las orejas decir», ha señalado.

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, ha afirmado que si Toledo «es tan valiente para arremeter contra creyentes, que sea valiente para afrontar las consecuencias». Castellanos considera que el actor ha cometido «un abuso de derecho al pisotear los derechos de otros» para ejercer su libertad de expresión.

A su llegada al juzgado, el actor se ha encontrado con una veintena de personas que le han apoyado entre gritos para derogar la «Ley Mordaza» y pancartas que han recordado que «la libertad de expresión no pasa por ir a prisión». No obstante, también un grupo de personas con lazos verdes le ha esperado a la puerta para recriminar al actor sus palabras con pancartas que piden «respetar la fe».

La asociación Abogados Cristianos interpuso una denuncia contra el actor por unos mensajes publicados en su perfil de la red social Facebook en 2015 y 2017 en los que insultaba a Dios y a la Virgen, y pide 22 meses de multa para él. Concretamente, Toledo afirmó en la red social, después de criticar el juicio contra las tres mujeres acusadas por la llamada 'procesión del coño insumiso': «Yo me cago en dios y me sobra mierda pa cagarme en el dogma de la santidad y virginidad de la Virgen María».

La Fiscalía y su defensa piden su absolución por estos hecho, al situarlos en el marco de la libertad de expresión.

Durante la fase de instrucción, Willy Toledo fue llamado a declarar en tres ocasiones. Tras no acudir a las dos primeras citaciones por considerar que no había cometido «delito alguno» sino que había «ejercido su libertad de expresión», el pasado 12 de septiembre fue detenido por la Policía para asegurar su comparecencia en los Juzgados.

El juez del juzgado número 11 de Madrid concluyó en su auto, hecho público el 26 de septiembre, que los hechos objeto de instrucción podrían ser «constitutivos de un delito contra los sentimientos religiosos», haciendo alusión al artículo 525 del Código Penal.

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