Felipe VI ha ensalzado este martes el papel que desempeñó su padre, Juan Carlos I, para que fracasara la intentona golpista del 23F, al asegurar que «su firmeza y autoridad fueron determinantes para la defensa y el triunfo de la democracia», así como su compromiso con la Constitución.
El rey ha presidido el acto con motivo del 40 aniversario del 23F celebrado en el Salón de Pasos Perdidos del Congreso, en el que el protagonista ausente ha sido don Juan Carlos, expatriado en Emiratos Árabes Unidos por su polémica por sus presuntos negocios ocultos en el extranjero.
Ante los representantes de las instituciones del Estado, don Felipe ha afirmado que su padre asumió como rey «su responsabilidad y su compromiso con la Constitución» con su mensaje televisado con el que neutralizó la asonada militar de Antonio Tejero.
«Su firmeza y autoridad fueron determinantes para la defensa y el triunfo de la democracia», ha valorado el rey, quien no había hablado de su padre desde que se marchó de España el pasado 3 de agosto.
De igual modo, el monarca ha mostrado su «gran admiración y gratitud» al expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, la otra persona a la que ha mencionado expresamente en su discurso.
Junto a ellos, ha ensalzado a los ministros y diputados y a «una larga lista de hombres y mujeres, civiles y militares», que, junto a los medios de comunicación, ofrecieron ante el golpe «un ejemplo de coraje y de lealtad a las instituciones del Estado y a la Constitución».
«El rechazo institucional y ciudadano a la ruptura de nuestro marco de convivencia fue decisivo para detener y vencer aquel golpe», ha aseverado don Felipe.
Al acto, han asistido el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, y sus cuatro vicepresidentes, entre ellos Pablo Iglesias, quien no ha aplaudido al rey, al igual que los otros miembros de Unidas Podemos presentes en el acto.
Tras el debate suscitado por Iglesias hace unos días al cuestionar la calidad democrática de España, don Felipe ha subrayado que goza de «una democracia consolidada en sus instituciones» y que sus valores y principios tienen «plena vigencia».
No obstante, ha añadido que 40 años después del 23F, existe «la responsabilidad y la obligación moral» de «fortalecer, acrecentar y enriquecer el camino de libertad y democracia».
«Defenderla, porque sabemos lo difícil que fue alcanzarla y que siempre hay riesgo que la pueden amenazar. Protegerla, porque hemos aprendido que es un bien delicado que precisa del mayor cuidado y de un respeto y dedicación permanente por parte de todos», ha demandado.
Y también ha emplazado a defenderla, para que la democracia sepa afrontar, «con espíritu constructivo y sin perder sus fundamentos», los nuevos retos que tiene la sociedad.
«Se lo debemos a quienes lo defendieron entonces, a las nuevas generaciones en cuyas manos estará el futuro de España y, en definitiva, al pueblo español que, días después de aquella noche, manifestó de manera ejemplar su defensa de la libertad, la democracia y la Constitución», ha completado.
A la conmemoración no han asistido algunos de los socios parlamentarios del Gobierno, como ERC y EH Bildu, que han señalado que el 23F fue una «operación de Estado» para apuntalar el «régimen del 78», ni tampoco el PNV.
Felipe VI ha expresado «la inequívoca voluntad de la Corona de ser una institución que incluya, integre y cohesione a todos los españoles».
Igualmente, como «símbolo de la unidad y permanencia del Estado», ha expresado su compromiso con que la carta magna sea «más fuerte y firme que nunca».
Al referirse a su padre, ha recordado fue testigo directo a su lado de cómo actuó ante la intentona golpista, lo que le sirvió para «aprender el inmenso, el incalculable valor que tiene la libertad para el pueblo español».
Felipe VI ha reclamado además para el Parlamento «la mayor consideración, dignidad y respeto, por ser el pilar esencial y el corazón de toda la democracia».