Madrid y Barcelona despidieron al toque de queda con fiesta en la calle. No hizo falta que llegasen las doce de la noche para que ambas ciudades se llevasen de jóvenes en las calles haciendo botellones, sin distancia de seguridad ni mascarillas.
La primera noche sin estado de alarma y toque de queda en Madrid ha sido una multitudinaria celebración de miles de jóvenes bebiendo y bailando en las calles y plazas más céntricas de la capital, cansados de meses de prohibiciones y que parecían festejar de modo anticipado San Isidro, el día 15, patrón de los madrileños. Plazas como la de Chueca y Malasaña o la Puerta del Sol han sido tomadas por miles de jóvenes, que no guardaban las distancias entre personas, que no han acatado el toque de queda que regía este sábado hasta las 23.00 horas y, por tanto podían ser multados, y han seguido de fiesta hasta mucho después del estado de alarma, que ha vencido a las doce de la noche.
En la calle de Velarde, en el popular barrio de Malasaña, han volado latas y botellas contra dos vehículos patrulla de la Policía Local que ha dispersado una aglomeración de jóvenes y que les ha obligado a huir hacia la cercana Plaza Dos de Mayo, ya atestada de gente consumiendo alcohol en grupos de más de seis personas. En la Puerta del Sol, la Policía Local ha desalojado el «kilómetro cero» en torno a las 23.30 horas ante la concentración de la gente, que se ha quedado en las calles aledañas esperando a que el icónico reloj marcara las doce de la noche y decayese el estado de alarma.
Acordonada por los agentes, los jóvenes no han cesado de gritar la palabra «libertad», «alcohol» y el estribillo de la canción Seven Nation Army (que cantan los seguidores del Real Madrid en las victorias) y segundos antes de las doce han empezado a corear una cuenta atrás que ha acabado con una carrera hacia el centro de Sol. Un par de horas después del levantamiento del estado de alarma, en torno a medio millar de jóvenes, seguían bebiendo y bailando, haciéndose selfis, arremolinándose alrededor de la gran fuente que preside Sol, animándose unos a otros para saltar dentro, y retando a los agentes de la autoridad. «Lecheras» de la Policía Nacional y policías municipales han vigilado estas escena más propia de Noche Vieja, aunque poco podían hacer ante la llegada de grupos cada vez más numerosos frente a la Real Casa de Correos, la sede del Gobierno regional.
En Barcelona, medio millar de personas, muchas de ellas sin mascarilla y sin respetar las distancias de seguridad, se han reunido en la madrugada de este domingo en el paseo Lluis Companys de Barcelona, bajo el Arco de Triunfo, tras finalizar a las 00.00 horas el estado de alarma.
Esta ha sido una de las principales aglomeraciones que se han registrado en la capital catalana una vez que ha decaído el estado de alarma y con él el toque de queda que en Cataluña estaba fijado a partir de las 22.00 horas. Otros puntos en los que se han juntado decenas de personas han sido la plaza de los Ángeles, el paseo del Born, plazas como la de Gracia y la de la Revolución o diversas playas de la ciudad.
Con la restauración cerrada desde las 17.00 horas y el toque de queda a partir de las 22.00 horas, en Barcelona se han escuchado esta noche más fiestas en pisos particulares de lo habitual en las últimas fechas. La medianoche se ha recibido con petardos y gritos de alegría, y a partir de entonces por la calles de la ciudad han empezado a circular barceloneses y turistas dispuestos a reencontrarse con la noche.
La Guardia Urbana ha desplegado a 260 agentes, un 30 % más de lo habitual, un dispositivo coordinado con los Mossos d'Esquadra, parecido al de la verbena de Sant Joan o Fin de Año, que ha buscado evitar aglomeraciones y botellones, hacer cumplir las restricciones vigentes por la COVID-19 y controlar el tráfico. El amplio dispositivo policial no ha impedido, sin embargo, que medio millar de personas se reunieran bajo el Arco de Triunfo, bailando y sin mantener las distancias mientras se entonaban consignas como «libertad».