Los militantes del PSOE andaluz han pasado página optando por un cambio de ciclo en esta federación, liderada desde hace casi ocho años por Susana Díaz, quien seguirá «transitoriamente» al frente del partido, ya que el congreso regional para elegir al secretario general no se celebrará hasta finales de año.
Una bicefalia que podría complicar la situación aunque Díaz ha dejado claro esta misma noche que ayudará en lo que necesite a Juan Espadas, quien le ha ganado con holgura en la primarias, a la vez que ha asegurado que el PSOE andaluz no sale «dividido» de este proceso.
Un tono conciliador para quienes duden de sus planes, pero también una recomendación: «todos aportamos, si nos unimos saldremos más fuertes».
Con sus palabras, se aleja la posibilidad -barajada por los sanchistas- de que el PSOE andaluz sea dirigido por una gestora hasta el cónclave regional.
Pero el ya candidato socialista a la Presidencia de la Junta tiene que afrontar otro tipo de complicaciones, no tiene escaño en el Parlamento de Andalucía, donde Susana Díaz es la presidenta del grupo socialista.
A ello se suma que Espadas tiene que compatibilizar su nueva tarea con la alcaldía de Sevilla, que ha dicho que no abandonará hasta que se convoquen las elecciones autonómicas, las cuales no se celebrarán hasta noviembre de 2022 si el presidente de la Junta, Juanma Moreno, cumple su compromiso.
Lo cierto es que Espadas, que se ha apoyado mucho en los alcaldes, tiene un enorme reto por delante, también el de conseguir la unidad en un partido fracturado y que orgánicamente no controla todavía.
Incluso entre la militancia socialista ven difícil que el partido pueda remontar en tan poco tiempo en Andalucía, las encuestas no le son favorables, y calculan que como mínimo habrá que esperar otra legislatura.
La dirección federal del PSOE tiene prisa, Andalucía es decisiva para relanzar el partido y ganar unas elecciones generales, de ahí que se decidiera adelantar estas primarias, aunque tampoco esté garantizada la remontada.
En clave interna, la victoria de Espadas sí es un alivio para la dirección federal, ya que con Susana Díaz al frente del PSOE andaluz no tenía bajo control esta federación y el 40 congreso, que pretende que sea el de la unidad, está a la vuelta de la esquina.
Hubiera sido además un nuevo fracaso, tras la estrepitosa derrota del PSOE en la Comunidad de Madrid, que el candidato apoyado por Ferraz no hubiera vencido. Por si acaso, ni Pedro Sánchez ni sus ministros ni nadie de la dirección se dejaron ver mucho durante la campaña de las primarias.
A partir de ahora, será otra cosa si quieren que el cambio de ciclo sea real para volver a ganar las elecciones.