El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha hablado brevemente con el mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, antes del comienzo de la cumbre de la OTAN en Bruselas, aunque no ha trascendido el contenido de su conversación.
Conforme Biden se dirigía a la sala donde se tenía que celebrar la reunión y, tras visionar una proyección sobre la agenda OTAN 2030 junto con el resto de líderes, Sánchez conversó con Biden, que también intercambió unas palabras con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, así como con el presidente de Bulgaria, Rumen Radev.
El Gobierno español anunció que Pedro Sánchez mantendría este lunes su primer encuentro con Biden en los márgenes de la cumbre de la OTAN.
Por el momento, la Casa Blanca no ha confirmado oficialmente esa reunión, aunque durante el fin de semana hizo lo mismo con algunas de las bilaterales que tuvo Biden en el marco del G7.
El de este lunes es el primer contacto directo entre los dos líderes desde que Biden tomó posesión de su cargo el 20 de enero y en él se preveía que trataran la cooperación en materia migratoria y la estabilidad en el Mediterráneo, Oriente Medio y América Latina.
«Ambos querían saludarse, conocerse personalmente y establecer un primer contacto», indica el Gobierno español sobre la charla entre Sánchez y Biden, tal y como, añade, «habían pactado sus respectivos equipos».
Entre otras cosas, indica el Gobierno, se había acordado que su saludo fuera captado por las cámaras «como prueba de la excelente relación que existe entre ambos países».
El Gobierno apunta que Sánchez informará en su rueda de prensa prevista a las cinco de la tarde sobre los «temas tratados» en esa conversación» y «más novedades para España en la cumbre», que se celebra a puerta cerrada.
«Ambos querían saludarse, conocerse personalmente y establecer un primer contacto», indica el Gobierno español. Si, se vió claramente las enormes ganas y el entusiasmo que tenía el presidente useño de saludar al primer ministro de España. Sanchez es una mezcla perfecta de psicópata, de mentiroso compulsivo y de indigno. Si alguien no te invita expresamente a hablar con él en una cumbre internacional, pues no vayas a hacer el ridículo arrastrándote corriendo para colocarte a su lado un rato para soltarle un rollito, que el otro ni siquiera le escuchó ni le miró, en una caminata de 40 segundos por un pasillo, como un antiguo vendedor de enciclopedias. Este individuo no tiene dignidad ni sentido del ridículo, es un mequetrefe al que nadie respeta y al que le tienen bien tomada la medida en el ámbito internacional, por eso hasta Marruecos, un teocracia islámica tercermundista, nos trata como basura.