El 10,9% de la población española no puede mantener caliente su hogar, según revela una encuesta de Eurostat, la oficina comunitaria de estadística, publicada el pasado viernes y con resultados referidos a 2020 (últimos disponibles).
El dato supone un avance de 3,4 puntos porcentuales frente a 2019, cuando el 7,5% de la población española afirmaba encontrarse en esta situación, y se acerca al 11,1% que se dio en 2014, el mayor porcentaje registrado para España en esta encuesta, que comenzó a publicarse en 2003.
Si se tiene en cuenta la renta disponible de los hogares, en aquellos en los que los ingresos están por debajo del 60% de la media nacional el porcentaje se eleva hasta el 22,3%, mientras que en los que se encuentran por encima de ese umbral el dato cae hasta el 7,9%. En el primer caso supone 2,7 puntos porcentuales más que en 2019 y en el segundo se trata de un aumento de 3,5 puntos.
Preguntada por este asunto y sobre las ayudas directas para los consumidores vulnerables que se otorgan en otros países de la Unión Europea, la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, recordó este lunes que el Gobierno aprobó a finales de octubre el incremento de la cuantía mínima del bono social térmico, un cheque que, según los cálculos del Ejecutivo, rondará los 90 euros de media por consumidor vulnerable beneficiario.
El estudio de Eurostat también desvela que el 8,2% de la población de la Unión Europea (UE) no puede mantener su hogar caliente. El dato, de 2020, cuando los precios de la energía estaban muy alejados de los de este año, contrasta con el momento actual de todos los mercados mayoristas europeos de electricidad, que registran máximos históricos, como en el caso de España, que cerró octubre con una cotización media de 200 euros el megavatio hora (MWh), el registro más alto hasta el momento.
Asimismo, los ciudadanos que más problemas tienen para mantener caliente su hogar son los búlgaros, dado que más un cuarto de su población (27,5%) afirma no poder hacerlo. Les siguen los lituanos (23,1%) y los chipriotas (20,9%).
Por contra, entre los países de los que hay información y en los que esta situación afecta a un menor porcentaje de su población se encuentran Suiza (0,3%), Noruega (0,8%) y Austria (1,5%).
Precios altos de la energía hasta 2022
Según distintos analistas, es de esperar que los elevados precios de la luz se mantengan durante los próximos meses debido, entre otros factores, al encarecimiento del gas.
De hecho, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, Teresa Ribera, señaló la semana pasada que «no es descartable» que todavía se registren precios altos del gas en los mercados internacionales en los próximos meses, «hasta bien entrado 2022», y que esto, por tanto, siga teniendo su correspondiente «afección» en la factura de la luz en España.
Ribera visitó recientemente Argelia, el principal exportador del gas que llega a España, para garantizar el suministro del mismo de cara al invierno. El país mantiene una crisis diplomática con Marruecos que ha provocado el cierre del gasoducto Magreb-Europa, principal vía de abastecimiento de gas de España y que tiene una capacidad de alrededor de 11.000 millones de metros cúbicos (bcm).
Para solventar esa situación, el otro principal gasoducto que abastece a España, el Medgaz, ampliará su capacidad a finales de año y pasará de 8.000 millones de metros cúbicos a 10.000 millones. Además, el resto del gas necesario para abastecer la demanda se transportará a través de buques metaneros, que llevan el gas licuado y que tiene que ser regasificado.
Según apunta el profesor del área de Empresa de la Universidad Europea de Valencia y experto en suministro energético Roberto Gómez-Calvet estos buques metaneros son «muy costosos» en su operativa y en la coyuntura actual muchos países «se están rifando» sus servicios, motivo que hace prever un aumento de los precios del gas en los próximos meses, aunque considera que en el medio plazo los precios deberían estabilizarse.