La mascarilla en interiores parece tener los días contados. El director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, aseguró este miércoles que que podrían desaparecer «en un periodo corto de tiempo», pues «en lugares donde la misma gente interacciona cada día probablemente ya no tenga sentido». «Las mascarillas ya se podrían evitar en casi todos los escenarios», consideró. Este jueves, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha reclamado al Gobierno central esta medida: «Es el momento de hacerlo o, como mínimo, plantearlo».
En Baleares, la presidenta Armengol se mostró cauta con respecto a este tema el pasado jueves. Recordó que «la situación hospitalaria es todavía complicada» y declaró que la mascarilla se eliminará «lo antes posible», pero siempre dentro de las condiciones que se pueda. El PP y Vox piden a la presidenta que se retire la obligatoriedad de la mascarilla lo antes posible y que la comunidad no sea de las últimas en la retirada de restricciones, como lo fue con el pasaporte COVID a la entrada de bares y restaurantes.
Otros países de la Unión Europea ya han dado pasos por el estilo. Es el caso de Francia, donde la mascarilla en interiores dejará de ser obligatoria a partir del próximo lunes, 14 de marzo. Su uso solo será obligatorio en el transporte público.
El futuro de la pandemia
Así de contundente se mostró este miércoles en las «Jornadas del Sistema Nacional de Salud sobre Vigilancia en Salud Pública» convocadas en Zaragoza. Una reunión entre representantes del Gobierno, expertos científicos y representantes de Comunidades Autónomas para establecer la hoja de ruta de cara a la normalización tras la pandemia.
Simón ha declarado en las últimas semanas en distintos foros y jornadas que, a su juicio, el coronavirus irá pasando poco a poco a ser una «enfermedad endémica de bajo impacto». El experto augura que se irán sucediendo oleadas de casos más graves, con incidencias más bajas. Eso sí, se muestra optimista y ha asegurado que, a raíz de estos duros años de pandemia, «hay un fuerte compromiso político» para invertir en investigación y seguridad de cara a futuros escenarios similares.
Si la treuen, els vulnerables (mès de 60 anys) ens convé no entrar en interiors, a més així farem menys “gasto”.