Más pensar y menos memorizar. Más perspectiva de género y digitalización y menos religión y filosofía. El nuevo decreto de la ESO introduce dos nuevas asignaturas, para los alumnos de 12 a 16 años, sobre digitalización y emprendimiento, y la educación tendrá en toda la etapa una clara «perspectiva de género». Tal y como indica el texto, la materia de Tecnología y Digitalización deberá cursarse en los tres primeros cursos, mientras que en 4º, habrá otra asignatura sobre Digitalización, que será optativa.
Según la nueva norma, estas materias tienen por objeto «el desarrollo de ciertas destrezas de naturaleza cognitiva y procedimental a la vez que actitudinal». El Real Decreto pone algunos ejemplos de ello, como «el uso crítico, responsable y sostenible de la tecnología, la valoración de las aportaciones y el impacto de la tecnología en la sociedad, en la sostenibilidad ambiental y en la salud, el respeto por las normas y los protocolos establecidos para la participación en la red, así como la adquisición de valores que propicien la igualdad y el respeto hacia los demás y hacia el trabajo propio».
La materia Economía y Emprendimiento, que será optativa en 4º, tendrá una triple finalidad: en primer lugar, «promover el espíritu emprendedor»; segundo, «ayudar a que el alumnado comprenda que el emprendedor debe abrirse camino en un contexto global cuyos elementos se relacionan entre sí»; y, por último, que el alumnado «transfiera los aprendizajes a un plano práctico desarrollando un proyecto emprendedor que abarque todo el proceso, desde la ideación hasta la elaboración del prototipo final y presentación de este en el entorno».
¿Desaparece la Religión?
En cuanto a la Religión, el borrador sostiene que estas enseñanzas tendrán que ser ofertadas por los centros pero será voluntaria para los alumnos. Además, las calificaciones obtenidas en esta materia no contarán ni para la nota media académica ni para aquellas convocatorias que la pidan, como es el caso de la solicitud de becas.
Tampoco tendrá «asignatura espejo», con lo que aquellos alumnos que no elijan cursar Religión recibirán «la debida atención educativa». Esta atención, según el texto, «se planificará y programará por los centros de modo que se dirijan al desarrollo de las competencias transversales a través de la realización de proyectos significativos y relevantes y de la resolución colaborativa de problemas, reforzando la autoestima, la autonomía, la reflexión y la responsabilidad». Una de las novedades que recoge el documento es que las comunidades autónomas podrán incorporar en 4º de la ESO las lenguas de signos españolas con el objetivo de «reforzar la inclusión».