El pontevedrés Alfonso Rueda (1968) ha asumido este sábado plenas funciones como sexto presidente de la historia de la Autonomía de Galicia tras tomar posesión de su cargo. El sucesor de Alberto Núñez Feijóo al frente de la Presidencia de la Xunta ha optado por la fórmula del juramento, pero lo ha prestado con la mano sobre el Estatuto de Autonomía.
El acto de toma de posesión ha arrancado conforme el horario previsto, en torno a las 12.00 horas, con la lectura del decreto de investidura por parte del jefe del Legislativo, Miguel Santalices. A continuación, Rueda ha jurado y ha procedido a pronunciar el único discurso de la jornada.
Lo ha hecho ante más de medio millar de invitados, repartidos en varias salas del Pazo do Hórreo, sede del Parlamento de Galicia, entre los que se encontraba el presidente saliente y líder del PP, así como la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz; así como los presidentes de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; Madrid, Isabel Díaz Ayuso; y Murcia, Fernando López Miras, entre otras autoridades y personalidades del mundo civil.
Para la jornada en la que ha asumido el cargo de presidente gallego, Rueda ha elegido un traje azul oscuro y una corbata con símbolos del Xacobeo. Pendiente de cerrar su Gobierno, cuya composición plena se conocerá este domingo, Rueda ha mantenido conversaciones con los actuales conselleiros en la pasada jornada, en la que también tuvo un compromiso familiar: la graduación de su hija pequeña.
Rueda ha bajado las escaleras del hemiciclo para llegar al Salón dos Reis del Pazo do Hórreo acompañado por Miguel Santalices y, detrás, de Yolanda Díaz y Feijóo. La Banda de Gaitas de la Diputación de Ourense ha interpretado del Himno del Antiguo Reino de Galicia. Tras tomar posesión, los invitados han aplaudido al nuevo máximo mandatario gallego.
El discurso de Rueda
En su discurso, Rueda se ha definido como "un hijo de Galicia" que sucede a Alberto Núñez Feijóo con una determinación, la de "preservar" a la autonomía de las "tendencias de ruptura" y mantener la "estabilidad" con un gobierno asentado en la "moderación".
"Conozco, quiero y creo en una Galicia unida, desde la Rúa Príncipe de Vigo hasta la praia das Catedrais, desde las tierras de A Limia hasta el bastión pesquero de O Barbanza, desde la Praza do Obradoiro hasta el Centro Galego de Bos Aires", ha proclamado.
"Creo en una comunidad que se mantenga a salvo de la miopía del localismo y la fragmentación, que con el ariete de supuestos agravios carga contra la casa común y que tanto nos ha costado construir", ha añadido, antes de pasarse al castellano -algo que también solía hacer su antecesor- para garantizar que Galicia "va a contribuir con lealtad al fortalecimiento de España y del proyecto común europeo".
Rueda ha arrancado su discurso citando al pontevedrés Valentín Paz-Andrade, que se refería a "Galicia como tarea" y se ha identificado como "un gallego que ve en sus compatriotas el mejor ejemplo".
"Soy un hijo de Galicia al que Galicia encomienda que mantenga su unidad, su progreso y su bienestar. Intentaré ser digno de este pueblo que demuestra todos los días que es capaz de realizar sus sueños. Lo hace gracias a su esfuerzo propio, dentro de una España constituida en monarquía parlamentaria y en el seno de una Galicia autónoma y libre", ha aseverado.
Agradecido y "libre de hipotecas"
Animado por un "galleguismo conciliador e inconformista", ha citado a sus antecesores en el cargo, para subrayar que se dispone a "continuar el camino" e iniciar una etapa más.
También se ha dirigido a los gallegos, "libre de hipotecas", pero "cargado de deudas de gratitud": con su familia, con su partido (el PPdeG) y con los ciudadanos de la Comunidad, con los aspira a seguir "avanzando juntos" por la senda del progreso "tranquilo" y la "normalidad excepcional" que ve "bandera" de Galicia.