El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece este miércoles en el Congreso para informar sobre la nueva relación con Marruecos lograda tras el giro de la postura española sobre el Sáhara, que ha provocado la crítica unánime de todos los partidos, en un pleno en el que también dará cuenta del último Consejo Europeo. Sánchez deberá explicar el acuerdo alcanzado en abril con la casa real de Marruecos que supuso un cambio histórico en la posición de España sobre su antigua colonia y que se ha interpretado como un gesto para restablecer las maltrechas relaciones con el vecino del sur.
La comparecencia de Sánchez coincide además con la investigación abierta por el espionaje al teléfono móvil del presidente del Gobierno a través de Pegasus, que coincidió en el tiempo con la crisis migratoria con Marruecos. Para Unidas Podemos, socios de coalición del Ejecutivo, la comparecencia de Sánchez sobre Marruecos no tiene mucho sentido y así lo expresaron en su momento en la Junta de Portavoces cuando se convocó este pleno. Pablo Echenique ha recordado que la posición del presidente sobre el Sáhara es contraria a la de su grupo, a la de las resoluciones de la ONU y al propio programa electoral de los socialistas.
Cuca Gamarra, la portavoz del PP, espera explicaciones de Sánchez de lo que ha negociado con Marruecos a cambio de apoyar a Rabat, rompiendo «un consenso de 40 años en política exterior» y sin contar con el apoyo de todo su gobierno ni de la mayoría parlamentaria. Ha subrayado que una política seria, de Estado «no es la política del presidente del Gobierno sino la de un país».
Por su parte, ERC ha calificado de «barbaridad» que se debata sobre esta cuestión tan trascendental 82 días después de que se hiciera público el apoyo del Gobierno a los planes autonomistas de Rabat sobre el Sáhara. Su portavoz, Gabriel Rufián, ha echado en cara a Sánchez que utilice la Mesa del Congreso «para adaptarse a sus tiempos políticos». Mientras tanto, EH Bildu solicitará al presidente que rectifique su cambio de posición y le va a exigir que explique a cambio de qué «ha traicionado» a los saharauis, insistiendo su portavoz, Mertxe Aizpurua, en que el Gobierno «no está legitimado» para defender otra posición que no sea la de las resoluciones de la ONU.
Pese al tiempo transcurrido desde que se conocieron los cambios en la relación del Ejecutivo con Rabat, los socialistas han justificado que esta comparecencia es necesaria para «clarificar y aportar toda la información que quieran los grupos». Su portavoz, Héctor Gómez, ha subrayado que en política exterior y en cuestiones de Estado hay que concitar la mayor unidad posible, criticando «las contradicciones» que a su juicio tiene el PP en este asunto. Más allá de las nueva etapa de relaciones bilaterales con Marruecos, Sánchez dará cuenta de los resultados del último Consejo Europeo extraordinario de finales de mayo en Bruselas.
Para el presidente del Gobierno, en esta consejo se fueron abriendo camino los postulados de España en materia energética y avaladas propuestas como las compras conjuntas de gas y el impulso de interconexiones financiadas con fondos comunitarios con el objetivo de rebajar el precio de la factura eléctrica. Entre estos avances, Sánchez ha citado la denominada «excepción ibérica» que se aprobó en la cumbre europea de marzo para que España y Portugal pudieran fijar un tope al precio del gas para la electricidad. Sin embargo, esa medida aún no ha obtenido el visto bueno definitivo de la Comisión Europea aunque el jefe del Ejecutivo ha augurado que «muy pronto» se convertirá en realidad y repercutirá en beneficio de los ciudadanos.