Los socios parlamentarios de Pedro Sánchez en el Congreso han mostrado su buena disposición a negociar los próximos presupuestos generales de 2023 que necesitan mayoría en el Congreso para echar a andar y que no ven con malos ojos. El socio prioritario del Ejecutivo, PNV ya ha pedido «intensificar» las conversaciones y las negociaciones con el Gobierno y esta semana ha avanzado que afrontará estos encuentros «sin líneas rojas», pese a que incide en que se deben cumplir con los acuerdos pendientes.
El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, ha reclamado «voluntad política» y la máxima predisposición para lograr un nuevo pacto« y ha señalado que centrará la negociación, «como siempre ha hecho, en mejorar el día a día de la ciudadanía de la Comunidad Autónoma Vasca y de la Comunidad Foral Navarra». Otros partidos que apoyan habitualmente las cuentas públicas del Estado como ERC o Bildu también han señalado que tendrán prioridades en las negociaciones en materia de medidas sociales, como la ley de Vivienda.
Los republicanos, que quieren mantener en la discreción sus reuniones, han advertido de que sin medidas que frenen los precios abusivos de los alquileres o en materia de desahucios las negociaciones «empiezan mal». «La ley de Vivienda es importantísima», inciden al tiempo que el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha vuelto a repetir que el voto de su partido «se suda» y que «se ahorren hacer 'presing'» con la idea de que «son los mejores presupuestos de la historia de la humanidad».
Para los republicanos, sobre la mesa estará también la reforma del delito de sedición para «homologarlo» con este tipo de delitos en Europa porque -ha dicho Rufián- es sinónimo de «democratización», mientras que la desjudicialización pactada en la Mesa de Diálogo entre el Gobierno central y el de Cataluña no será utilizado como «palanca» para abordar los presupuestos. «El Gobierno sabe perfectamente lo que sugiere y pretende ERC», incide Rufián, mientras el otro aliado parlamentario, EH Bildu también está abierto a negociar y pide «voluntad» y talante dialogante al Ejecutivo ya que le recuerda que no tiene mayoría en la Cámara Baja y necesita apoyos.
Desde el entorno de EH Bildu afirman a EFE que estas cuentas son «claves» para encarar el final de la legislatura y exigen que sean «ambiciosas». Deben «escuchar» las demandas de los partidos que apoyaron la investidura. Partidos como Compromís y Más País, que también ven con buenos ojos los nuevos presupuestos. Íñigo Errejón valora que incluyen demandas sociales que Más País ha propuesto en asuntos de salud mental y políticas verdes.
«A prirori la música nos suenan bien, son un buen borrador...pero deben ser negociados porque necesitan mayoría», ha advertido Errejón mientras Joan Baldoví de Compromís ha dicho que las negociaciones para apoyarlos serán en «clave valenciana», para que se aumenten las inversiones en dependencia en Valencia y en los trenes de cercanías. En este sentido, también ha recordado que serán exigentes con la creación de un Fondo extraordinario de Nivelación, dotado con 2.400 millones de euros, para financiar mejor a las autonomías infrafinanciadas hasta que se aborde el nuevo modelo de financiación autonómica.
Por su parte, el portavoz del BNG en el Congreso, Néstor Rego, ha mostrado su disposición a acordar los presupuestos pero ha recordado que ya votaron en contra en 2021 y que en 2022 se abstuvieron. Reclamará el «viejo compromiso» de subir las pensiones mínimas para reducir la brecha de género y territorial y exigirá también que se incremente el salario mínimo interprofesional y los sueldos de los empleados públicos para evitar la pérdida de poder adquisitivo.