Carolina Darias ha sido prácticamente todo en las filas del PSOE y ha estado en todos los estamentos posibles de la administración pública. Ahora regresa al cajón de salida de su vida política, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, donde ocupó su primer cargo público como concejala en 1999, y que aspira a presidir como alcaldesa tras las elecciones municipales del próximo mayo. Desde entonces, ha sido diputada y presidenta del Parlamento de Canarias, delegada del Gobierno de España, consejera autonómica de Economía, ministra de Política Territorial y, más tarde y hasta ahora, máxima responsable de Sanidad.
A Darias le ha dado tiempo incluso a intentar liderar la candidatura del PSOE a la Presidencia del Gobierno canario en las elecciones de 2015, pero acabó perdiendo aquellas primarias. De la actual ministra de Sanidad, sus compañeros de filas en las islas destacan su capacidad de trabajo y su dedicación «absoluta» al partido. «Es una alta funcionaria para lo bueno y para lo malo», dicen por su filia a la normativa, las leyes y, en general, «a las cosas bien hechas». También hay quien la califica como una persona abierta siempre al diálogo pero que puede llegar a ser «dura de roer» en negociaciones complejas, como las que tuvo que llevar a cabo en la mesa de diálogo con Cataluña durante su etapa como ministra de Política Territorial. «Trabaja como la que más, a tope. A veces puede parecer que le falta imaginación porque está acostumbrada a no salirse del guion, pero ejecuta muy bien su trabajo», señala un compañero de partido, que añade además que Darias no es una persona que juegue a dar titulares a la prensa y que siempre va a estar «donde su partido la necesite, sin posturas rupturistas». Quienes han trabajado codo a codo con ella destacan asimismo su «ceremoniosidad institucional». "Es de viejas formas", apuntan, y no duda en llamar a viejos amigos de toda la vida por su cargo en vez de por su nombre de pila.
Sus subordinados la recuerdan además como una «trabajadora infatigable con enorme vocación de servicio público y alto perfil institucional» que en viajes y esperas subraya con ahínco cada frase de los documentos que le prepara su equipo. En esos viajes es «la última en irse a dormir y la primera en sentarse en el desayuno del hotel». Si hay que buscarle algún «pero», un compañero del PSOE canario señala que, aunque tiene un perfil muy técnico y preparado, «lleva mucho tiempo alejada de la política cercana, y eso le puede hacer proyectar una imagen de persona fría». En el PSOE de Las Palmas de Gran Canaria, sin embargo, destacan su implicación constante con la agrupación local y ven en su candidatura «el mejor consenso posible». «Ya era hora de que una mujer con tanta trayectoria diese el paso para ser alcaldesa de Las Palmas. Creo que revitaliza el proyecto que deja Augusto Hidalgo tras dos mandatos», señalan.
Carolina Darias tomó las riendas del Ministerio de Sanidad el 27 de enero de 2021, con el primer mes recién cumplido de la campaña de vacunación contra la covid-19 que había dejado esbozada su antecesor, Salvador Illa, antes de regresar a Cataluña. Hoy lo deja con más del 90 por ciento de los españoles con la pauta completa y la cuarta vuelta de la campaña -la de las segundas dosis de recuerdo- bien avanzada; pero en el camino no han faltado las minas, como las que estallaron con los cambios de criterio con la vacuna de AstraZeneca o las bajas coberturas de vacunación en jóvenes y niños, sin olvidar los vaivenes con las mascarillas y las restricciones. Un camino en el que se le han cruzado también otros «bichos» poco habituales como el de la viruela del mono, las hepatitis infantiles de origen desconocido o el primer caso autóctono de gripe aviar, que han eclipsado los otros grandes compromisos que aguardan desde hace años en los cajones del Ministerio para ser cumplidos. La más esperada, la de endurecer la ley del tabaco, que ya parece que tampoco podrá ser en esta legislatura, o reformar la ley del alcohol en menores.
Sí que ha visto salir adelante en el Parlamento la aclamada ley de eutanasia, el gran proyecto de su compañera de filas y antecesora en el cargo María Luisa Carcedo y ha puesto los mimbres para otras que aún deben enfrentarse a ese trámite, como la ley de equidad, universalidad y cohesión sanitaria y la regulación de la Agencia Estatal de Salud Pública (Aesap). En este tiempo, Darias ha hecho gala de aplicar una cogobernanza que no han visto así todos los consejeros con los que se ha reunido en los Consejos Interterritoriales del Sistema Nacional de Salud, que fueron perdiendo su carácter semanal según disminuía la intensidad de la covid en favor de otros asuntos como la salud mental, cuya estrategia por fin actualizaron hace un año.
Y también de estar del lado siempre de los profesionales sanitarios que, sin embargo, no han sentido recompensados los gigantescos sacrificios que han hecho estos largos años de pandemia por parte de las administraciones. Darias se va precisamente en un momento en el que la profesión ha dicho basta y avisa de un colapso inminente del SNS si nadie hace nada por mejorar sus condiciones. Ahora le toca a su sustituto escuchar sus voces.