La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, se ha referido a las profundas transformaciones digitales y tecnológicas en las que están inmersos muchos países, pero ha insistido en que «las máquinas se tienen que adaptar a las personas, y nunca al revés». Morant ha hecho esta reflexión durante su intervención en el Foro de la Nueva Economía, donde ha subrayado la importancia de los diferentes Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) que ha impulsado el Gobierno, y entre ellos el de la Nueva Economía de la Lengua para impulsar toda la cadena de valor del idioma español y las lenguas cooficiales.
La ministra ha incidido en la importancia de que todas las aplicaciones y servicios tecnológicos se nutran de esos idiomas y de que ninguna persona que los hable tenga que modificar su acento para entenderse por ejemplo con un asistente virtual o con un vehículo. Morant ha subrayado la importancia que el actual Gobierno concede a la enseñanza del pensamiento computacional en las escuelas, y ha incidido en la trascendencia que tiene «convivir con las nuevas tecnologías», pero ha subrayado la importancia de conocer «cómo piensan las máquinas; e incluso que piensan como los hombres y las mujeres hacemos que piensen».
La ministra ha manifestado durante el turno de preguntas posterior a su intervención en que las máquinas «no son neutras; y su programación tampoco» y en la necesidad de incorporar y atender «todas las dimensiones» y criterios que después pueden afectar a la vida diaria de las personas. A su juicio, es normal que haya personas que tengan miedo a ser sustituidos «por una máquina o por un algoritmo», pero ha asegurado que hay trabajos -entre los que ha citado como ejemplo el de atornillar un elemento durante ocho horas en una cadena de montaje- que son propios de robots.
La ministra se ha referido además a la dimisión de tres miembros del Consejo Asesor de Inteligencia Artificial, un órgano consultivo compuesto por científicos y expertos en este área científica, por sus discrepancias «éticas» y por las «contradicciones» del Gobierno, tras la firma del convenio entre la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia (Sedia) y el centro de investigación de Emiratos Árabes Unidos ADIA Lab. Diana Morant ha manifestado que la dimisión de estas tres personas «es respetable», y ha incidido en que la ciencia requiere siempre un trabajo colaborativo «y no entiende de fronteras».