El juez Santiago Pedraz ha pedido a Francia ampliar la entrega de los exjefes de ETA Javier García Gaztelu, Txapote, Ainhoa Múgica y Juan Antonio Olarra Guridi, así como del etarra Juan Luis Rubenach, para poder juzgarles por el atentado mortal del magistrado del Tribunal Supremo José Francisco Querol, en 2000 en Madrid.
En un auto, al que ha tenido acceso EFE, el juez de la Audiencia Nacional atiende así a la petición que en este sentido le hizo el Ministerio Fiscal tras llamar a estos cuatro investigados a declarar y que se acogieran al principio de especialidad por el que no puedes ser enjuiciado por una causa por la que no has sido entregado.
La investigación de este atentado, reabierta, como en otros casos recientes, a raíz de una querella de Dignidad y Justicia, atribuye la autoría del mismo al comando Buruahuste, único que actuaba en la capital en la fecha que fue perpetrado, y apunta también a la participación directa de tres de sus miembros: Anabel Egües, Gorka Palacios Alday, y Juan Luis Rubenach. También, que en la época de los hechos integraban la dirección de ETA Txapote, Múgica y Olarra Guridi, y que como tales «ejercieron la máxima responsabilidad sobre el comando Buruahuste desde la clandestinidad en Francia».
Para fundamentar su petición, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 desgrana los diversos indicios que implican a estos integrantes de la banda terrorista en el asesinato con coche bomba del magistrado del Tribunal Supremo, su escolta Jesús Escudero, su chófer Armando Medina y un conductor de la EMT de Madrid. Sostiene el juez que la información necesaria para cometer el atentado fue presuntamente elaborada por Palacios Egües, Alday, Rubenach Roig e Iván Apaolaza, otro integrante del comando.
«Algunos de ellos fueron detectados por el vecindario de las calles Burgos y Torrelaguna durante las vigilancias estáticas. También, en una estancia en un bar cercano al domicilio de Querol Lombardero, con el que incluso entablaron conversación en el interior del local», indica el auto. En cuanto al explosivo, «fue la dirección de ETA antes mencionada» la que, a principios de septiembre de 2000, «a través de un enlace no identificado», hizo al menos dos entregas de material al comando, una primera de 200 kilos de dinamita en 1999 y otra segunda de 120 kilos que fue trasladada por el comando hasta el piso franco que tenían en Salamanca.
«Las dos entregas que recibió el comando antes del atentado se produjeron ambas en la zona de Fuencarral (Madrid), mediante enlace» al que Gorka Palacios dejaba la llave de su vehículo para recepcionarlo después cargado con el material explosivo mientras que Rubenach hacía «labores de cobertura y seguridad hasta que se ausentaba el vehículo cargado» en dirección a Salamanca. En relación a las matrículas del coche bomba, el juez apunta a la orden que dio Txapote a sus comandos para que robasen una troqueladora en España.
«La urgencia de la demanda de Txapote se explica en la preparación de un gran atentado terrorista que rompería la tregua de facto y para la que necesitaban placas falsas dado que iban a recorrer España cargadas de explosivo y requerían por medidas de seguridad de unas placas perfectamente dobladas», dice el auto. El coche bomba empleado en este atentado iba cargado con más de 30 kilos de dinamita que al explosionar, además de alcanzar a las cuatro víctimas mortales, hirió a 64 personas y causó daños a más de 400 viviendas.