El reparto de los escaños y la asignación de recursos y despachos en el Congreso ha provocado malestar en el PP, que acusa a la la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, de dar un trato de favor a los socios de Pedro Sánchez, con mejor ubicación en el hemiciclo y más metros cuadrados respecto a los mayoritarios. Fuentes populares señalan a Efe que el reparto del hemiciclo les castiga como primera fuerza, al disgregar a sus 137 diputados hacia el centro y el «gallinero», y también castiga a Vox como tercera fuerza, porque no tiene la ubicación de la que en su día gozó Ciudadanos y tiene que compartir espacio con los populares.
El PP, cuyos cuatro representantes en la Mesa se han abstenido en un reparto aprobado por PSOE y Sumar, con mayoría en este órgano, señalan que el reparto de recursos final ha mejorado el planteamiento inicial, y en concreto el trato a Vox, pero sigue dando un trato preferencial a los partidos minoritarios y socios de Sánchez. Reprochan que los minoritarios tengan más metros de despachos por cada diputado, dos portavoces adjuntos y que se vayan a sentar donde han elegido. Se preguntan, por ejemplo, por qué Sumar no tiene que compartir la porción del PSOE a la izquierda del hemiciclo como sí ocurre con Vox y el PP.
Las mismas fuentes creen que para Armengol el reparto forma parte del acuerdo que la convirtió en presidenta de la Cámara y reclaman que vuelva el equilibrio, base del parlamentarismo, en lugar de usar el control del Congreso para favorecer a los socios. «El hemiciclo debe reflejar el resultado del 23J y lo que hay es un disparate», censura el PP. Los populares también denunciaron la cesión de diputados del PSOE y Sumar a JxCat y ERC para que ambos contasen con grupo propio en el Congreso, algo que a su juicio contraviene el reglamento.
Tras aprobar la Mesa la distribución del hemiciclo otras fuentes parlamentarias han defendido el reparto y han subrayado que es equitativo entre los grupos mayoritarios.