La extenista Arantxa Sánchez Vicario, acusada de urdir un plan junto a su entonces marido, Josep Santacana, para evitar el pago de una deuda al Banco de Luxemburgo, ha afirmado que ella pretendía saldar esa deuda, pero que su exmarido se opuso y le dijo que él «se encargaba de todo». Así lo ha asegurado este martes en la primera sesión del juicio celebrado en Barcelona, donde la acusada solo ha respondido a preguntas de la Fiscalía, de la acusación particular -ejercida por el banco- y de su defensa, quien, conjuntamente con el ministerio público, había solicitado que la intervención de la extenista se adelantara a este martes.
El ministerio público pide para Arantxa Sánchez Vicario y para Josep Santacana cuatro años de cárcel por supuestamente descapitalizar su patrimonio y evitar el pago de una deuda al Banco de Luxemburgo que llevaba desde el 2010 intentando cobrarla, con «ánimo de un enriquecimiento ilícito».
En su escrito de acusación, la Fiscalía acusa a ambos de un delito de alzamiento de bienes o de insolvencia punibles, y al pago de una multa 12 euros diarios durante 24 meses, que supone un total de 8.640 euros.
Según la versión del ministerio público, Sánchez Vicario, «bajo las consignas» de su exmarido y la colaboración de otros cinco acusados, ideó un plan consistente en descapitalizar su numeroso patrimonio, con el objetivo de frustrar el cobro de la cantidad por parte de la entidad bancaria.
Durante su declaración, la extenista ha afirmado que estaba dispuesta a abonar el descubierto, pero que Santacana le dijo: «Mejor que pagarle al banco que lo tuviéramos nosotros y que él se encargaba de todo, que no me preocupara». La deportista ha incidido en su carrera como tenista y en que su nivel de estudios es de bachillerato para defender que carece de conocimientos en gestión patrimonial y que desde el año 2009 era su exmarido quien se hacía cargo de todo.
La acusada ha afirmado que hubo varios intentos por parte del banco de cobrar la deuda, que en la actualidad asciende a 6,6 millones con los intereses, y que ella estaba dispuesta a afrontarla, al tiempo que ha recordado que destina el 50 % de los ingresos que recibe a su pago y que ya ha abonado cerca de 1,9 millones. Además, ha explicado que Santacana le hacía firmar documentos en blanco, a lo que ella accedía porque confiaba en él.
Como consecuencia de los hechos, Sánchez Vicario ha añadido que ha demandado a su expareja en Estados Unidos para averiguar dónde está su dinero, después de que Santacana supuestamente vendiera todo el patrimonio que forjó durante su carrera profesional y el líquido obtenido lo hubiera movido a ese país.
Tras la intervención de la tenista, la jueza le ha permitido ausentarse de todo el juicio salvo el último día del mismo, igual que a otro acusado en el caso, que se ha acogido a su derecho a no declarar y ha alegado no recordar absolutamente nada de los hechos. Además de dos de los acusados, también ha testificado una de las responsables del Banco de Luxemburgo, que ha afirmado que Sánchez Vicario estuvo a punto de firmar un reconocimiento de deuda, pero que Santacana no quería, y que la acusada comenzó a sufragar el gasto desde que se separó de su exmarido, en 2018.
Otro responsable de la entidad bancaria ha añadido que él pensaba que Sánchez Vicario quería pagar la deuda, pero que, en cambio, él se oponía. Santacana y el resto de acusados pendientes declararán el próximo viernes, cuando estaba previsto inicialmente que lo hicieran todos.
El abogado de Josep Santacana, Juan Segarra, ha tildado de «increíble» la declaración de la exmujer de este, Arantxa Sánchez Vicario, que señala a su representado como único responsable de urdir una trama para eludir el pago de una deuda con el Banco de Luxemburgo. Así lo ha explicado en una declaración a la prensa después de la primera sesión del juicio en el Juzgado penal 25 de Barcelona, en la que ha declarado la extenista y donde ha afirmado que ella pretendía saldar esa deuda, pero que su exmarido se opuso y le dijo que él «se encargaba de todo».