El Consejo Nacional de Mujeres y Menores Resilientes de la Violencia de Género, ante el último caso de utilización de la Ley Trans «para que un maltratador se beneficie», ha solicitado «una revisión y ajuste de los artículos que permiten acciones fraudulentas y situaciones dañinas para las mujeres, menores y las víctimas de violencia machista».
«Evitemos, que una ley vuelva otra vez a producir daño y dolor», ha sentenciado la portavoz del Consejo Nacional de Mujeres y Menores Resilientes de la Violencia de Género Elena Ramallo, tras conocerse que un condenado por dos casos de violencia machista acudió al Registro Civil para inscribirse como mujer, solicitando después ser indultado de sus penas de presión al considerarse una persona «nueva».
Igual que alertó sobre la llamada ley del 'sólo sí es sí', el organismo advierte ahora sobre la llamada Ley Trans «desde el conocimiento, no desde ideologías políticas, y en base a casos que denuestan sus consecuencias». Por ello, solicita al Ejecutivo que realice modificaciones en esta ley, antes de que ocurra como en la ley del 'sólo sí es sí' que «fue modificada después de que había producido un dolor y un daño terrible a las víctimas y que continúa haciéndolo».
Para el Consejo Nacional de víctimas de violencia de género, las leyes «tienen que dotar de unos derechos, sin restar otros; tienen que proteger no dañar; no pueden provocar en otros colectivos situaciones de intimidación o indefensión; no pueden carecer de ningún tipo de mecanismo de control que evite que su mal uso permita fraudes y abusos; y no pueden contener vacíos legales que provoquen daños o desconocimiento de aplicación»
Asimismo, recalca que las «no pueden recortar derechos de colectivos o generales; no pueden restar derechos a la mitad de la población en todos los ámbitos, desde los deportivos a los laborales, como los de protección; no pueden atentar contra la patria potestad de los progenitores; no pueden permitir que maltratadores, violadores, pederastas encuentren subterfugios para dañar a menores y mujeres; y no pueden atentar contra la libertad de expresión y castigarla con sanciones».
«Pedimos que los políticos no empiecen a utilizar esta propuesta para tirársela unos a otros como arma política. Hablamos de evitar daño y dolor, por lo tanto, no nieguen los hechos como ocurrió con la ley del sí es sí», aclara Ramallo