La propuesta de ley orgánica de Vox, que se ha debatido este martes en el Congreso de los Diputados, ha sido defendida por el diputado Carlos Flores, quien ha asegurado que el texto es fruto de la «lógica aplastante», porque, a su juicio, el país «avanza sin frenos hacia el descarrilamiento».
Además de la disolución de partidos, el partido ha propuesto ilegalizar los referéndums de autodeterminación o incrementar las penas por los delitos de «ultraje a España».
El diputado del PP Manuel Cobo ha avanzado que su grupo votará en contra porque no comparten algunas cuestiones y ha opinado que ilegalizar un partido «por el mero hecho de serlo, va en contra del espíritu constitucional».
Los populares, que ya se abrieron a la posibilidad de disolver partidos políticos si cometen delitos de deslealtad constitucional, han señalado que coinciden «en el fondo» con la propuesta de Vox, en cuestiones como recuperar el delito de sedición o tipificar como delito los referéndums de autodeterminación.
Sin embargo, ha mostrado su rechazo a otras disposiciones del texto, como retirar la nacionalidad a extranjeros culpables de delitos contra la Constitución o porque obvia «la autonomía de las nacionalidades y regiones».
Por su parte, los socialistas han opinado que la proposición no reconoce la «diversidad» de España y ha apostado por «el diálogo y la escucha».
«Podemos convivir, pero no necesariamente tenemos que coincidir», ha considerado el diputado socialista Alejandro Soler.
En este mismo sentido se ha pronunciado la diputada de Sumar Aina Vidal, quien ha acusado a Vox de «pisotear y destrozar» la Constitución y le ha afeado querer volver «al absolutismo».
Varios grupos nacionalistas del Congreso de los Diputados (PNV, ERC y EH Bildu) también han rechazado la proposición de Vox, ya que en su opinión, el partido liderado por Santiago Abascal busca «prohibir y encarcelar» a quienes no coinciden con su ideología.
«Nada nuevo cara al sol, perdón, bajo el sol», ha expresado la diputada de EH Bildu Marije Fullaondo.