El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido con contundencia la necesidad de una mayor inversión en materia de defensa a nivel europeo ante la beligerancia de Rusia y para potenciar la capacidad de disuasión y situar la industria del sector al nivel que le correspondería a la economía europea. Ante el Pleno del Congreso de los Diputados, Sánchez ha lamentado una vez más que la industria europea de seguridad y defensa ha estado «desatendida durante demasiado tiempo» lo que ha provocado un déficit de inversión de 56.000 millones de euros.
«Tenemos menos capacidades, sufrimos vulnerabilidades digitales que se exacerban como consecuencia del auge de la inteligencia artificial, serias carencias en industria de defensa, a pesar de que la economía europea es siete veces más grande que la economía rusa», ha ilustrado. Por ello, ha reivindicado que la UE necesita «contar con las mismas cartas que tienen otras potencias, aunque solo sea para no tener que usarlas». «Necesitamos reforzar nuestra capacidad de disuasión no para ser temidos, no para arrastrar al mundo a ninguna carrera armamentística sino para ser respetados, para poder proteger ese gran proyecto de paz, de democracia y de libertad que es Europa», ha subrayado.
España, ha puntualizado el presidente del Gobierno, quiere jugar en ello «el papel que le corresponde como cuarta economía de Europa» y con el cuarto ejército más grande. «Debemos continuar aumentando nuestra inversión, mejorar la coordinación de nuestras fuerzas armadas con los de los Estados miembros y apoyar las iniciativas de la Comisión Europea», ha señalado, si bien ha dejado claro que al mismo tiempo el Gobierno seguirá apostando «por la diplomacia y la paz». Así las cosas, ha justificado su apoyo a todas las medidas que se han venido adoptando a nivel europeo para apoyar a Ucrania y ha asegurado a los españoles que «el objetivo no es escalar el conflicto, ni tampoco convertir la economía europea en una economía de guerra».
«De lo que se trata, es de aprovechar el impulso actual que requieren la asistencia a Ucrania y también nuestros compromisos con la OTAN para modernizar la industria y reforzar nuestras capacidades de defensa», ha señalado, incidiendo en que hay que hacerlo «de forma coordinada, también inteligente, apostando por la reindustrialización y la innovación, la mejora del capital humano, el desarrollo de nuevas tecnologías que sirvan para mejorar la vida de la gente».
El presidente del Gobierno ha incidido en que aunque el presidente ruso, Vladimir Putin, «no ha ganado la guerra, tampoco la ha perdido Y existen razones de peso para creer que si no aumentamos nuestro apoyo a Ucrania el frente ucraniano podría retroceder posiciones esta primavera». Asimismo, ha advertido de que «la beligerancia rusa va a ir in crescendo, con más ciberataques a nuestras infraestructuras críticas, con más campañas de desinformación para polarizar nuestras democracias, con más intentos de desestabilización en Moldavia, en los Balcanes occidentales, en Georgia, en Libia y en el Sahel».
Con todo, ha reivindicado que hay que «rehuir la escalada verbal», descartando hablar de «terceras guerras mundiales, ni hacer de Europa una economía de guerra, ni soldados sobre el terreno». «Este tipo de retórica es falaz y además contraproducente porque infunde un miedo inútil en nuestros ciudadanos y porque da por hecho una escalada bélica que a todas luces es indeseable y además es evitable», ha sostenido. Por ello, aunque ha reconocido que «la situación es delicada», ha defendido que «Europa, España y el mundo ya se enfrentaron a situaciones más tensas en el pasado y lograron esquivar el desastre» y se ha mostrado «convencido de que con voluntad, con proporcionalidad y con buen hacer podemos lograrlo de nuevo».