Felipe VI ha asegurado este miércoles que «la coherencia y la integridad», junto a la Constitución, han sido los principios que han guiado su decisiones y actos en sus primeros diez años de reinado y que siempre ha tratado de actuar de manera «íntegra y ejemplar», «asumiendo incluso el coste personal que ello pueda conllevar».
En su discurso en el Palacio Real de Madrid con motivo del décimo aniversario de su proclamación, el jefe del Estado ha subrayado que ha cumplido en todo momento su compromiso con la Constitución -«a la que me he ceñido y me ceñiré siempre»- con los valores que sustentan la convivencia democrática y con «los principios éticos y morales que se consideran universales».
«Siempre ha creído en la importancia de ser coherente con los compromisos asumidos. Esta actitud es la base de la integridad e implica ser fieles a nuestros principios y valores en todas nuestras decisiones y actos», ha remarcado en sus palabras en el Salón de Columnas ante los poderes del Estado, entre ellos, el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, y los 19 ciudadanos anónimos condecorados con la Orden del Mérito Civil. El desempeño de su tarea ha implicado, según el monarca, «esforzarse en escuchar, en discernir lo que es correcto de lo que no lo es y en actuar de forma responsable con ese discernimiento, asumiendo incluso el coste personal que ello puede conllevar», en alusión a las difíciles medidas que ha tenido que adoptar sobre su padre, Juan Carlos I, y su hermana, la infanta Cristina.
Para don Felipe, la «coherencia e integridad son los criterios sobre los que deben basarse siempre los actos de la Corona», que contribuye así a «la estabilidad del sistema institucional y a la cohesión de la sociedad». Ha abundado en que a la Constitución y a sus valores se ha ajustado en esta década porque son «guía» para el ejercicio de sus funciones. «Fue y es el compromiso de un rey constitucional que trasciende la exigencia del deber. Lo es también en el plano personal y oral, como expresión profunda de mi respeto y lealtad al pueblo español, al que me debo. Hoy me reafirmo con entusiasmo y determinación en aquel compromiso que ha permeado cada gesto y cada palabra en la década transcurrida», ha enfatizado.
Al hacer balance de su compromiso «firme de total entrega a España», el rey ha considerado que diez años no es un periodo extenso, pero sí suficiente en términos «constitucionales, institucionales y personales». Felipe VI ha valorado haber contado en estos diez años con «el gran apoyo» de la reina Letizia, de quien ha elogiado su «voluntad, dedicación y sensibilidad». Su actividad institucional -ha agregado- ha contribuido «enormemente a dar visibilidad y atención a las necesidades de las personas, especialmente las más vulnerables».
También se ha referido a sus hijas, de quien ha destacado que junto a los jóvenes de su generación hayan empezado a «vivir y comprender con necesario espíritu crítico y afán de aprendizaje las realidades de la vida colectiva y las complejas dinámicas del mundo» con su formación en la Academia Militar de Zaragoza, en el caso de la princesa, y en el internado de Gales donde la infanta estudia bachillerato. En su mensaje, se ha referido al lema escogido personalmente por él para conmemorar el décimo aniversario de la proclamación: 'Servicio, compromiso y deber'. «Han sido los pilares de mi desempeño como rey (…) Son elementos inseparables de un todo, actúan en equilibrio y se refuerzan entre sí, y articulan el ejercicio de mis responsabilidades en defensa de los intereses generales de España», ha justificado. Del servicio, el monarca ha apuntado que es un principio que «se impregna de los intereses, inquietudes y aspiraciones de todos los españoles».
Y del deber, porque es de donde «emerge la voluntad de actuar siempre del modo más correcto y de cumplir las obligaciones de manera íntegra y ejemplar». Felipe VI ha dicho sentirse «orgulloso» de la sociedad española y ha confiado en avanzar para conseguir una sociedad «más libre, más responsable, más diversa y más tolerante». También una sociedad más unida, fuerte y cohesionada para hacer frente a cualquier desafío. «Sobre esa base seguiré adelante con mis obligaciones inherentes a la Jefatura del Estado», ha prometido.
Por cuarta vez, el rey ha condecorado a ciudadanos de todas las comunidades autónomas, Ceuta y Melilla por contribuir, de manera anónima, a «construir un país mejor» con su esfuerzo, trabajo y actitud. Personas que «sin importar su origen, condición o profesión», son, al entender del rey, «actores protagonistas del bien común, tejiendo la fibra social con esfuerzo, ética y humanidad». «La Corona se debe a la sociedad y por eso, hoy sois vosotros los protagonistas (…) Promovéis las mejores virtudes cívicas que revierten en beneficio del conjunto de la sociedad y refuerzan nuestra convivencia democrática. Sois necesarios, sois importantes», ha ensalzado el rey. Son la muestra, ha rematado, de que «hay millones de españoles que trabajan con esfuerzo para ser mejores y hacernos mejores».