La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha contestado este lunes a las acusaciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, espetándole que su pareja, Álvaro González, «no va a la Puerta del Sol a hacer negocios» pero «la suya», Begoña Gómez, «sí a La Moncloa, que es donde nacen todos los que están investigándose».
Para la dirigente madrileña, «no es comparable» una cosa con la otra y ha querido dejar claro que su pareja «es una persona que nunca ha trabajado en la Comunidad de Madrid ni con la Comunidad de Madrid y que ha trabajado en muchos sitios pero ha pagado siempre sus impuestos en España». Así se ha pronunciado la dirigente madrileña en declaraciones a los periodistas, tras inaugurar en la Puerta del Sol la muestra 'Bolivariano', del fotoperiodista Álvaro Ybarra, el mismo día que ha comunicado que no acudirá a la reunión bilateral con el presidente argumentado que se está negociando «la Hacienda común» con los independentistas catalanes y que ha sido difamada en los últimos días.
Además, Ayuso ha denunciado que su pareja esté siendo utilizado «como un rehén político para intentar o asustar o pretender que la gente en la calle piense todos son iguales» cuando los casos no tienen «nada que ver». «No puede el presidente del Gobierno llamar delincuente a un ciudadano por ser la pareja sentimental de un adversario político, y que esto le salga gratis, como al fiscal general del Estado tampoco», ha señalado.
La dirigente regional ha compartido que este lunes hacen diez años desde que falleció su padre y ha hecho hincapié en que lleva «cinco defendiendo su nombre» y soportando «todo tipo de insidias y de calumnias» que se han lanzado con el objetivo de «emocionalmente» destruirla. «Tienen que ir a lo personal en ese aspecto porque evidentemente las urnas no pueden y porque no tengo nada. Ya han sido tantos años intentándolo que lo que han hecho es una lista de mi entorno», ha manifestando citando a su jefe de Gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, a sus amigos, «aunque fueran gente prestigiosa en el mundo de la cultura», a familiares, su pueblo, su colegio, su barrio o su casa".
«Lo hacen con todo y, por supuesto, con mi pareja. Me han llamado asesina, genocida, loca, ida, corrupta... Llevo cinco años y no lo hace uno cualquiera, lo hace el presidente del Gobierno, 22 ministros y todos los altos cargos socialistas que se han obligado a hacer lo mismo de igual en el rincón de España en el que se encuentren», ha censurado.