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Ferraz prepara el terreno para descabalgar a los barones críticos e impulsa a tres ministros contra los bastiones del PP

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La directriz de Pedro Sánchez en el 41 Congreso Federal en Sevilla fue clara: el PSOE tiene que ganar poder territorial. Desde ese momento, Ferraz prepara el terreno de cara a las primarias de todas las federaciones socialistas, especialmente, las más críticas, en las que el partido trata de tomar el control orgánico y así pulir al máximo el cierre de filas ante el aluvión de frentes judiciales que cercan al Gobierno. Para ello, las fórmulas son variadas. En Madrid, el ministro Óscar López se postula para liderar el PSOE-M tras las dimisión de Juan Lobato con el fin de dar la batalla a Isabel Díaz Ayuso con un perfil más nacional. En Aragón, Moncloa proyecta a su ministra portavoz, Pilar Alegría, para hacer frente al sector de Javier Lambán y disputarle el liderazgo a Jorge Azcón. El protagonismo del PSPV que lidera la ministra Diana Morant no pasó desapercibido en Sevilla, lo que evidencia las grandes expectativas electorales que tiene Moncloa en el bastión de Carlos Mazón. Y en Andalucía, la ausencia del espaldarazo al presidente a Juan Espadas deja un eco de renovación en la federación del PSOE-A.

En Moncloa son conscientes de que la izquierda pasa por un momento complicado, sobre todo, sus socios de Sumar. La fragmentación en ese espacio complica cualquier escenario electoral, por lo que el PSOE pretende impulsar su perfil de izquierdas. "España adelanta por la izquierda", fue el lema del Congreso Federal, en el que las advertencias contra la "ola ultra" fueron más que constantes, como suele ser habitual cada vez que Ferraz quiere sacar garra electoral.

En este contexto, no hay un escaño que perder y menos en las comunidades autónomas con las circunscripciones que reparten más diputados, como es el caso de Madrid, Valencia y Andalucía. Tampoco pasa desapercibida la presentación de una candidatura alternativa a Miguel Ángel Gallardo en el PSOE de Extremadura. Esther Gutiérrez le disputará el liderazgo, con un perfil más cercano a Ferraz y crítico con la corriente del actual secretario general.

En el caso de la federación madrileña, en Ferraz tienen un problema menos: Juan Lobato. ¿La solución? El ministro y ex mano derecha de Pedro Sánchez, Óscar López, que aunque no es diputado en la Asamblea de Madrid para protagonizar el 'cara a cara' parlamentario de los jueves contra Ayuso, hará oposición a la presidenta madrileña aprovechando el foco mediático que conserva como ministro. Lo dijo muy claro el pasado jueves cuando anunció su precandidatura: "No estaré en la Asamblea, pero voy a estar en todas partes", avanzó. De esta forma, López apuesta por una estrategia de confrontación directa contra Ayuso, un estilo totalmente alejado al que será su predecesor si se consuma su liderazgo.

Sánchez entiende que el perfil electoral de los ministros es un "activo" en los territorios, que a su vez demuestra que hay un "vínculo" entre los militantes y el Gobierno. Lo dijo el viernes en conversación informal con los periodistas en el acto de la Constitución del Congreso, donde insistió en que su principal objetivo de cara a 2027 era recuperar poder territorial.

Sin duda, López recogió el guante lanzado por Pedro Sánchez. "Tengo marcado en el calendario el tercer domingo de mayo de 2027 y ese día vamos a lograr el cambio", fue el mensaje que lanzó a los militantes del PSOE-M y a la prensa para anunciar su precandidatura. Ese cambio no solo pasa por arrebatarle la Presidencia de la Comunidad de Madrid a uno de los mayores activos del PP a nivel territorial, también requiere ganar escaños para su partido en la circunscripción que más reparte, la madrileña, con 37 escaños, de los cuales el PSOE se llevó 10 en las elecciones del 23J.

Para el presidente del Gobierno, ganar en Madrid pasa por captar al votante progresista que no se siente identificado con Ayuso, por lo que la alternativa tiene que ser "sólida, creíble y de izquierdas". Para ello, Sánchez confía plenamente en las capacidades del ministro López, como también lo hace con el exministro Salvador Illa en Cataluña y Diana Morant en el PSPV.

En el caso de la Comunidad Valenciana, con 33 escaños entre las tres circunscripciones, Sánchez ya dejó claras sus intenciones en el Congreso Federal: impulsar a su ministra de Ciencia con el fin de derrocar a Carlos Mazón, más después de la crisis de la DANA, que ha cuestionado el liderazgo del presidente de la Generalitat, al tiempo que ha hecho reflotar un nuevo perfil en esta federación socialista: Pilar Bernabé. Mientras que Morant lleva desde el inicio de la catástrofe proyectándose como el azote político de Mazón, Bernabé asume el papel gestor como delegada del Gobierno. De hecho, Sánchez se lo recompensó en el Congreso Federal con un puesto en la Ejecutiva socialista, lo que podría impulsar su candidatura a la Alcaldía de Valencia.

Los cabos están mucho más sueltos en la federación andaluza que dirige Juan Espadas. No hubo confirmación de su liderazgo por parte de Sánchez en el Congreso donde Espadas hacía de anfitrión, y aunque el presidente reconoce que es una persona "leal" y lidera un contexto "complejo", también da a entender que necesita a un líder más competitivo electoralmente.

Lo cierto es que no ha pasado ni medio año desde que Sánchez señalase a dos federaciones tras los resultados de las elecciones europeas: Madrid, con el mayor diferencial de voto respecto al PP, y Andalucía, que también fue abroncada por Sánchez por unos resultados a mejorar. "No nos resignamos a no tener gobiernos progresistas en las comunidades y en los ayuntamientos", se reafirma ahora el presidente.

Ferraz aún no ha impulsado ninguna candidatura, si bien, la ratificación del mano derecha de Santos Cerdán, Juan Francisco Serrano, en la Ejecutiva socialista le introduce de lleno en las quinielas, dado que el nombre de María Jesús Montero salió de ellas en cuanto se confirmó que continuaba como número dos en el Gobierno y en Ferraz. Desde el entorno de la vicepresidenta señalan que aunque ella estará donde el presidente estime oportuno, su intención no es liderar el PSOE andaluz.

Y por último está el caso de Aragón, donde se discute la sucesión de Javier Lambán para plantar cara al barón del PP, Jorge Azcón. El Congreso Federal dejó más dudas que certezas en esta federación. El impulso de la candidatura de la ministra Pilar Alegría por parte de Moncloa hace tambalear otros nombres que hasta ahora estaban en las quinielas del sector 'lambanista', como es el del presidente de la Diputación de Zaragoza, Juan Antonio Sánchez Quero.

Hasta el gran cónclave, sonaba más en las quinielas que Mayte Pérez, pero ahora las tornas pueden empezar a cambiar después del movimiento de Sánchez de intentar atraer a las zaragozanas Teresa Ladrero y Manuela Berges en los órganos nacionales. No lo consiguió con Ladrero, que no aceptó el cargo, aunque la intención puso en pie de guerra a los cercanos de Lambán, que si deciden no enfrentarse al enemigo, tendrán que unirse a él.

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