Investigadores del Trinity College de Dublín han descubierto un trozo de tierra en un antiguo valle de Marte que parece haber sido inundado por el agua en un pasado no muy lejano.
Al hacerlo, creen haber identificado en el cráter ecuatorial marciano de Lucaya un objetivo principal para comenzar a buscar formas de vidas pasadas en el Planeta Rojo, señala un comunicado.
Las conclusiones han sido publicadas en Geophysical Research Letters, por la Mary Bourke de Trinity, y su colega, la profesora Heather Viles, de la Universidad de Oxford.
Bourke dijo: «En la Tierra, los campos de dunas del desierto son inundados periódicamente por el agua en áreas de agua subterránea fluctuante, y donde los lagos, ríos y costas se encuentran en la proximidad».
«Se puede imaginar nuestra emoción cuando escaneamos las imágenes de satélite de un área en Marte y vimos esta misma tarjeta de visita modelada, lo que sugiere que el agua había estado presente en el pasado relativamente reciente».
En un estudio de detección remota del desierto de Namib, las investigadoras habían anotado previamente estos patrones -«estrías curvadas»- en la superficie entre las dunas activas. Posteriormente, el trabajo de campo mostró que estas estriaciones eran el resultado de sedimentos dunares que habían sido geoquímicamente cementados por las sales dejadas por la evaporación de las aguas subterráneas.
Estos sedimentos de dunas más tarde se vuelven relativamente inmóviles, lo que significa que se quedan atrás a medida que las dunas siguen migrando a favor del viento.
Bourke añadió: «A raíz de nuestro trabajo en Namibia, hipotetizamos que en Marte, estrías curvadas similares expuestas en la superficie entre las dunas son también indicaciones de niveles fluctuantes de agua subterránea salada, durante una época en que las dunas estaban moviéndose activamente por el valle».
En primer lugar, las dunas de arena marcianas demuestran que el agua pudo haber estado activa cerca del ecuador de Marte -potencialmente en un pasado no muy lejano- y, en segundo lugar, esta ubicación es ahora un objetivo geológico potencial para detectar formas de vida pasada en el Planeta Rojo, «lo que es importante para aquellos que participan en la selección de sitios para futuras misiones».