Del mismo modo en que el mítico arquero Robin Hood luchaba contra los villanos y redistribuía la riqueza en los bosques de Nottingham, un estudio publicado por investigadores españoles y franceses propone un método para promover la distribución de oportunidades económicas mediante el uso de datos masivos o big data.
La investigación, publicada en Applied Network Science y llevada a cabo por físicos del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC, UIB-CSIC), el Institut National de Recherche en Sciences et Technologies pour l'Environnement et al Agriculture (IRSTEA) y el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS), en colaboración con BBVA, analizó los datos de más de 150.000 usuarios anónimos y 95.000 negocios de Barcelona y Madrid.
Utilizando estos datos caracterizaron la riqueza de los diferentes barrios de las ciudades, midiendo tanto los ingresos que perciben los vecinos como los ingresos derivados de la actividad comercial que se localiza. Así se consigue crear un mapa en el que se aprecian las desigualdades económicas entre barrios.
Por otra parte, se crean enlaces entre los usuarios y los negocios cada vez que se realiza una transacción entre ambos, estableciendo una red de flujo de dinero: del barrio en el que el consumidor reside al barrio en el que realiza la compra.
El llamado «efecto Robin Hood» aparece cuando se propone modificar estos enlaces; es decir, se propone al consumidor que cambie su establecimiento de consumo por otro de características similares pero localizado en otro barrio.
Utilizando reglas sencillas, como que la distancia del hogar del consumidor a un negocio no debe crecer con el cambio propuesto, se consigue que los barrios más pobres vean el nivel de riqueza aumentado a costa de un menor gasto en los barrios ricos de los ciudadanos, que «roban a los ricos para darlo a los pobres».
Utilizando este método se consigue reducir en algunos casos la desigualdad entre barrios un 80% cambiando únicamente el 5% de las transacciones, lo que supone una fracción muy pequeña del total de transacciones a cambiar para conseguir un efecto global importante.
El estudio concluye que mediante el desarrollo de 'apps' móviles se podría asesorar a los consumidores con el objetivo de que conozcan nuevos establecimientos que conduzcan a rutinas de consumo más social y sostenible.