A todo el mundo le apetece pasar un día en la playa, ya sea para relajarse, tomar el sol o bañarse para atenuar el calor. Sin embargo, la arena es un factor que puede complicar la vuelta a casa. Por pequeña que sea la cantidad pegada a la piel, puede ser molesta.
Se puede dar el caso que en la playa no haya las duchas pertinentes o que sacudir con la toalla no sea suficiente para quitar todo los granos de arena.
Así, para evitar estas molestias —por ejemplo, escozores o ensuciar el coche— el talco puede ser un gran aliado.
Además, los polvos de talco también pueden servir para otros problemas cotidianos. En el caso de los perros, si no puedes bañarlos, esparce los polvos sobre su piel para luego cepillarle y dejar un pelaje limpio y con brillo. Y en el caso de los gatos, se puede poner polvos en la arena que absorberá los fuertes olores.
También puede servir para desenredar nudos y lazos en joyas o cordones. O si un libro de cocina se estropea por la grasa, primero hay que dejarlo secar al aire y luego aplicarle el talco, que quitará la mancha sin problema.