El Palacio de la Zarzuela ha sido este lunes escenario de una imagen inédita cuando una de las científicas convocadas a una audiencia con Felipe VI ha aparecido con su bebé en brazos, que nació hace apenas un mes, y con el que ha estado durante toda la charla mantenida con el rey.
La presidenta de la Red de Asociaciones de Investigadores y Científicos Españoles en el Exterior (Raicex), Alicia Pérez-Porro, ha protagonizado esta escena en la reunión celebrada con el jefe del Estado junto con una veintena de miembros de esta plataforma procedentes de 16 países.
De las numerosas audiencias que Felipe VI ha mantenido en Zarzuela durante su reinado con diferentes colectivos sociales, nunca había habido un asistente tan joven. Nacida en Barcelona en 1981, Pérez-Porro es bióloga marina y profesora adjunta de Ciencias Ambientales del Barruch College de Nueva York, en Estados Unidos, donde vive desde hace varios años con su marido, de nacionalidad americana, con el que tiene otra hija, de algo más de dos años.
Con motivo de un foro de científicos en Madrid, Pérez-Porro ha viajado desde Nueva York con su bebé, de nombre Max, y no ha dudado en llevarle a Zarzuela. «No me iba a separar de él. Tiene 28 días y lo estoy amamantando, con lo cual, donde voy yo va él», ha afirmado la bióloga en declaraciones a EFE-TV al término del encuentro con el monarca.
Durante la hora y media que ha durado la charla con la veintena de científicos y con el ministro en funciones de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, en el Salón de Audiencias, el pequeño ha estado dormido sin entorpecer la conversación. Según Pérez-Porro, el rey se ha acercado al final para comentarle lo bien que se había portado.
«Me ha dicho que qué bueno es y qué maravilla tener un bebé así», ha relatado la investigadora catalana, quien se dedica a investigar los efectos del cambio climático en las esponjas marinas.
Doctora en Biología por la Universidad de Barcelona, se declara una activista de la acción climática y del papel que las mujeres tienen que desempeñar en el ámbito científico.Por ello, ha admitido que lo de ir con su bebé a Zarzuela ha sido también «una manera de reivindicar el papel de la mujer en la ciencia».
«Es una situación a la que todas las mujeres que somos madres nos enfrentamos. El bebé se queda con su padre cuando se tiene que quedar, pero cuando no es una solución, te lo llevas. Hay que normalizar estas cosas y se normaliza a base de demostrar que se puede», ha remarcado.
Pérez-Porro ha enfatizado que la Casa Real «en absoluto» puso pega alguna en que fuera con su bebé.
Tras saludar al rey con el niño en brazos, la científica se ha puesto a su lado en la foto de familia y han intercambiado unas palabras de forma distendida mientras miraban al pequeño.
Ya el pasado año, en un acto de entrega de medallas en el que participó la reina Letizia, Pérez-Porro fue con su hija. «Soy muy de llevarme a mis hijos a todas partes», ha apuntado la científica.
Hace pocos días, participó en un seminario sobre la emergencia climática en Nueva York y también asistió con su bebé, en una imagen que colgó en las redes sociales.
La escena ha traído a la memoria otros episodios vividos en los últimos años en los que personajes públicos han aparecido con sus bebés durante su actividad profesional para reivindicar la igualdad de género.
Fue el caso de la diputada de Podemos Carolina Bescansa, que acudió con su hijo de siete meses al Congreso en enero de 2016 en la apertura de la legislatura para hacer ver las dificultades de los padres para compatibilizar la vida familiar y profesional.
Sobre lo tratado en la reunión con Felipe VI, Pérez-Porro ha destacado el ambiente de cooperación para que la ciencia tenga más peso en las políticas del Estado.
«Al rey, la ciencia le interesa y se ha notado, y el ministro tiene la voluntad de cambiar cosas. Hemos salido todos con un ambiente de colaborar y crear sinergias. Cada vez más, la sociedad española entiende que la ciencia es un valor y contribuye al tejido económico del país», ha valorado la presidenta de Raicex, organización fundada en julio del pasado año que agrupa a 3.500 investigadores españoles que trabajan en el extranjero.