Con Charlize Theron a la cabeza, el negro triunfó en la alfombra roja de los Oscar, una pasarela por la que desfilaron con poderío Natalie Portman, Penélope Cruz, Margaret Qualley o Lucy Boynton. Con un papel secundario, el blanco brillo con el protagonismo de Renée Zellweger y Salma Hayek.
Si en el 2017 el negro fue el color elegido para denunciar situaciones de acosos y desigualdad, este año ha triunfado por decisión estilística, ya se sabe que la entrada principal al teatro Dolby se convierte en el evento de moda más importante del año.
En la 92 edición de los Oscar, Charlize Theron, nominada por «El escándalo (Bombshell)» acudió a la gala con un espectacular diseño asimétrico negro, con gran apertura y cola, una creación de alta costura de Dior que compitió directamente con el Chanel que portó Penélope Cruz.
La actriz, de «Dolor y gloria», que entregó el premio a mejor película de habla no inglesa, apareció muy guapa, con un vestido de alta costura de Chanel, un modelo con cinturón de perlas en el talle y una gran camelia blanca en el escote.
Natalie Portman se sumo al negro con un fabuloso vestido negro y dorado que se completaba con una capa reivindicativa en la que llevaba bordados los nombres de ocho directoras merecedoras de una nominación que no lograron. Lorene Scafaria, Lulu Wang, Greta Gerwing son algunas de ellas.
De negro también Margaret Qualley, actriz de «Eráse una vez en Hollywood», se decantó por un vestido negro de tirantes muy fino y silueta ceñida de Chanel, un modelo que se adornaba en la parte con plumas.
Rooney Mara también se sumó al riguroso negro con un modelo de encaje y falda con pequeños volantes de aire lencero, mientras que Geena David prefirió un modelo brillante con pronunciado escote en uve y Lucy Boynton, pareja de Rami Malek, apostó por un romántico diseño de manga corta.
EL BLANCO, PROTAGONISTA SECUNDARIO
Con un papel secundario, el blanco brillo con el protagonismo de Renée Zellweger, favorita al llevarse el Óscar a mejor actriz por «Judy», quien lució un vestido ceñido de lentejuelas con escote asimétrico y una sola manga.
En la misma línea vistió la mexicana Salma Hayek, que optó por una creación de una sola manga a modo de lazada, un diseño elegante que completo con brazalete y tocado joya.
La cantante del momento Billie Eilish, con el pelo coloreado en verde flúor, confió en Chanel y lució un traje de chaqueta «oversize» blanco, aderezado con broches de piedras y cristales con el logo de la firma francesa, una creación que completaba con mitones y una manicura XXL negra.
Antonio Banderas, con un impecable esmoquin con broche joya sobre la solapa, llegó al teatro Dolby junto a su actual pareja, Nicole Kimpel con un vestido tipo esmoquin blanco de Pronovias y joyas de Rabat y de su hija Stella del Carmen, con un modelo bicolor en negro y rojo de Gucci.
La modelo Lily Aldridge también en blanco con escote en uve rematado con una flor roja de Ralph Lauren, al igual que la actriz Camila Morrone, actual pareja de Leonardo DiCaprio, que se decantó por un delicado diseño con escote palabra de honor.
NI BLANCO NI NEGRO
Ni blanco ni negro, sino gris fue el fabuloso diseño de Scartlett Johansson, que optaba a dos categorías. Un vestido palabra de honor de raso con cuerpo elaborado con infinidad de hilos y cadenas de plata, firmado por Oscar de la Renta.
Laura Dern, gran favorita a llevarse la desea estatuilla por su papel en «Historia de un matrimonio», acudió con un diseño rosa empolvado con detalles azabache de Armani, acompañada de su madre Diane Ladd, una dama de Hollywood que a lo largo de su carrera estuvo nominada en tres ocasiones al Óscar.
Olivia Colman, que el año pasado se llevó el premio a mejor actriz por «La favorita», acudió con un diseño de terciopelo en tres tonos, dos azules y uno blanco con capa de Stella McCartney. Tricolor también fue la elección de Saoirse Ronan que optó por un vestido de cuerpo ajustado con escote pronunciado, cintura en forma de volante peplum y falda con volumen en moiré.
Si con peso fue el vestido con capucha gris que portó Janelle Monáe, una creación con más de 17.000 cristales firmados por Ralph Lauren, más liviano fue el modelo de Sigourney Weaver, un diseño verde botella de manga larga y falda plisada firmado por Dior.
Sensibles con el medio ambiente, Margot Robbie prefirió utilizar para la gala un modelo del año 1994 de Chanel, un vestido azul noche que realzó con un espectacular broche, y Joaquín Phoenix lució el mismo esmoquin de todas las últimas galas.
Ceñido al protocolo y cumpliendo con sobresaliente la etiqueta estuvo Brat Pitt, que portó un esmoquin de terciopelo y pajarita extra grande a juego; muy elegante también Leonardo DiCaprio.
George McKay, protagonista de la película 1917, acudió con esmoquin negro de chaqueta cruzada y botones invisibles, al igual que su compañero de reparto Dean-Charles Chapman, que optó por un clásico esmoquin adornado con un clavel rojo prendido en la solapa.
Más transgresor como es habitual en su estilo, Timothée Chalamet, actor de «Mujercitas», que sustituyó el esmoquin por con traje de chaqueta de Prada que se abrochaba con cremallera como si se tratara de una cazadora bomber, pieza que adornaba con broche de brillantes en la parte izquierda.
Barroco y femenino, Billy Porter hizo su aparición estelar vestido con un falda en tonos bronce y naranja con un cuerpo cubierto de plumas doradas, una creación de Giles Deacon, que ha combinado con unos zapatos de tacón de aire decimonónico de Jimmy Choo.
Spike Lee prefirió rendir un homenaje a Kobe Bryant, fallecido recientemente, con un llamativo esmoquin morado y amarillo, colores de los Lakers, y con el 24, número del astro del baloncesto, en las solapas.
El cineasta Bong Joon-Ho, nominado a mejor director por «Parásitos», la película favorita a hacerse con el Óscar a mejor filme internacional, acudió a la entrega de los premios con esmoquin y camisa negro, un opción que también escogieron Rami Malek, Al Pacino y Pedro Almodóvar, que sustituyó la camisa por un mítico jersei de cuello vuelto.