La ministra de Pesca de Islandia, Svandis Svavarsdottir, ha reconocido que no hay indicios que sustenten una prórroga de los permisos actuales para cazar ballenas, por lo que en principio la prohibición volverá a estar vigente una vez concluya la regulación actual a finales de 2023. Islandia es uno de los pocos países que permite este práctica a día de hoy --junto con Japón y Noruega-- y lo hace desde 2006, cuando levantó de nuevo la mano apelando a beneficios económicos. Desde entonces, varios cientos de ejemplares han perdido la vida, si bien en los últimos tres años sólo ha sido uno. Svavarsdottir ha explicado en una tribuna publicada por el periódico 'Morgunbladid' que los datos demuestran que no se trata de una actividad económicamente relevante para el país, por lo que en principio no ve necesario que se prorroguen los permisos a partir de 2024.
En este sentido, ha apuntado que han sido las propias empresas autorizadas las que han optado por no cazar ballenas, probablemente por razones económicas. La ministra ha señalado que el consumo de carne de este animal está descendiendo en Japón, el principal mercado importador, según 'Iceland Review'. Asimismo, ha admitido que la práctica es en sí controvertida. En 2018, hubo especial polémica por la muerte de una ballena de aleta embarazada y un raro ejemplar mezcla de especies.